viernes, 30 de noviembre de 2007

Historia del Uruguay: La Asamblea General Constituyente de Buenos Aires

La Asamblea General Constituyente de Buenos Aires

¿Qué era la Asamblea general Constituyente?

La Asamblea General Constituyente era un organismo para elaborar la Constitución de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Funcionó entre 1813 y 1815

A fines de Octubre de 1812 el gobierno publicó el reglamento de convocatoria el cual establecía la forma de elección de los diputados. Estos serían cuatro por Buenos Aires, dos por cada capital de provincia y uno por cada ciudad dependiente de las últimas.

¿Qué asuntos debía tratar?

La Asamblea General Constituyente debía ocuparse de los temas fundamentales para la organización del Estado: Emancipación y constitución del Estado.
Establecía el número de diputados en relación con la importancia política de las ciudades: Buenos Aires tendría cuatro diputados, cada capital de intendencia dos y las ciudades subordinadas uno, excepto Tucumán que tendría dos.
La Asamblea inició sus sesiones en Buenos Aires el 31 de Enero de 1813 y se dio sus propias autoridades:
Sus primeras medidas fueron asumir el ejercicio de la soberanía y la representación de las provincias unidas de la plata, dejando de lado la autoridad del rey.
En 1813 la Asamblea desarrolló una obra legislativa tendiente a reafirmar la soberanía del estado y reorganizar la sociedad bajo los principios de libertad e igualdad:

redactó un estatuto para el funcionamiento del supremo Poder Ejecutivo (triunvirato)
estableció su propio sello
reemplazó el escudo de armas del rey por uno propio
aprobó una única marcha nacional
ordenó la primera acuñación de monedas
suprimió los títulos de nobleza
reorganizó el poder judicial mediante el reglamento de administración de justicia
prohibió el uso de tormentos y torturas.

¿Qué tensiones existían en las Provincias Unidas en el momento de convocatoria de la Asamblea?

Las tensiones eran variadas: ideológicas, lucha por el poder, enfrentamiento entre centralista de Buenos Aires y federales de las otras Provincias.
En el seno de la asamblea existían dos tendencias, una de ellas era la Logia Lautaro unificada con la sociedad patriótica que sostenía dos principios fundamentales: uno era declarar la independencia y dictar una constitución republicana. Esta posición era ejercida por San Martín, la otra era ejercida por Alvear que consideraba necesario adecuar la situación interna del país a los problemas exteriores, defendía un poder ejecutivo representado en una sola persona y quería postergar los dos principios fundamentales de la Logia
La posición de los representantes orientales coincidía bastante con la de San Martín, la diferencia estaba en la marcada postura federalista de los orientalesA pesar de estos proyectos, los desacuerdos internos impidieron la sanción de la Constitución. Esto se atribuye al predominio alvearista en La Logia y entre los congresales, acentuado con la lejanía de San Martín y la no-admisión de los diputados de la Banda Oriental para evitar que unieran sus votos a los de las Provincias lideradas por San Martín, si esto sucedía, triunfaban sobre los porteños

domingo, 25 de noviembre de 2007

Historia del Uruguay: Pensamiento artiguista


Pensamiento artiguista : político, económico y social

1- Características generales. 2-Pensamiento político y documentos donde se expresa (Congreso de Abril de 1813) Instrucciones de 1813. Bases geoplíticas del federalismo-Liga Federal 3) Pensamiento económico: Reglamentos de 1815: Aduanero y Agrario

1-Características….
El pensamiento de Artigas fue muy original. Supo reunir ideas nuevas con tradiciones válidas y agregó su propia opinión sobre la realidad rioplatense.
En cuanto a ideas nuevas, se inspiró en el pensamiento de Rousseau expuesto en el Contrato social.
Otra influencia significativa fueron las Constituciones de EEUU, tanto la de Confederación como la de Federación.
El pensamiento vinculado a Rousseau se observa en el concepto de soberanía popular. La consulta directa al pueblo y la expresión “soberanía particular de los pueblos” reflejan las ideas del Contrato Social.
Mantuvo ideas que el liberalismo rechazaba como el proteccionismo de la economía y la tenencia de la tierra en carácter usufructuario.
El liberalismo era la nueva teoría económica difundida por las revoluciones burguesas. Sostenía que el Estado no podía intervenir en la economía, ésta debía quedar en manos de los particulares. En cuanto a la tenencia de la tierra, la teoría liberal consideraba que la propiedad privada es uno de los derechos fundamentales del hombre.
Artigas no aplicó ninguno de estos dos principios liberales
Las políticas fundamentales son: independencia de España, sistema republicano, organización de una confederación de las Provincias del Río de la Plata, soberanía popular y defensa de las libertades de individuos y pueblos.


2 Pensamiento político: su desarrollo en el Congreso de Abril.

El Congreso de Abril de 1813 fue la oportunidad en la que Artigas expuso con más claridad sus ideas políticas.
El principio de soberanía popular está definido en el Discurso de apertura del Congreso, 5 de abril,. Este discurso es conocido como Oración de Abril u Oración Inaugural. La expresión “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa por vuestra presencia soberana” es una buena síntesis del principio de que la fuente del poder es el pueblo. Otra expresión de la idea de soberanía es: “…yo ofendería… vuestro carácter …vuestros derechos sagrados , si pasara a resolver por mí un asunto reservado a ustedes…”, se refiere a la actitud a asumir y a las resoluciones del Congreso.

La otra idea se refiere a la Confederación. Afirma que la Asamblea General instalada en Buenos Aires debería ser reconocida “por pacto”, es decir, con condiciones. La principal condición es la autonomía de la Provincia Oriental.
La otra alternativa es reconocer a la Asamblea “por obediencia”. Esto supone reconocer el predominio de las autoridades de Buenos Aires sobre las otras Provincias. Esta postura de “obediencia” es la que reclamaba el centralismo bonaerense. Centralismo significa que todas las decisiones debían partir del Gobierno instalado en Buenos Aires, las provincias estaban obligadas a acatar tales decisiones.
El sistema de Confederación supone todo lo contrario del centralismo. La Confederación descansa sobre las autonomías Provinciales. Cada Provincia tiene derecho a organizarse tanto para la guerra como para planificar su economía, darse una Constitución y gobernarse con autoridades pertenecientes a esa provincia.

Las Instrucciones de 1813.
Las Instrucciones eran las recomendaciones que llevaban lo
diputados respecto a la Constitución del Estado de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
El día 13 de abril aparecen firmadas por Artigas. No se sabe si hubo un solo redactor o si fue el resultado de una reunión del Congreso en la que se discutieron y acordaron las ideas de los orientales. Lo que es claro es que la redacción final corresponde a una sola persona por el estilo y la coherencia interna del documento.
Las Instrucciones se desarrollaron en veinte artículos. Llama la atención la claridad y el “ahorro de palabras” debido a expresiones concisas y concretas. Si las leemos, observamos que “no falta nada” en esos veinte artículos y que ninguno de ellos deja dudas.
Los tres principios fundamentales son Independencia, República y Confederación.
El Art. 1º dice: ”Primeramente pedirá la independencia…”
El Art. 20º dice: “….no admitirá otro sistema que no sea el republicano.
Luego, encontramos artículos referidos a la Confederación.
Estas ideas fundamentales requerían de otras complementarias y necesarias para ponerlas en práctica: Constituciones Provinciales y General, División e Independencia de los Poderes de Gobierno, Autonomía Provincial, la Constitución Republicana asegurará la libertad, la justicia, la soberanía y otros derechos individuales en general.

El Art. 1º referido a la Independencia aclara que la independencia absoluta de las “Colonias” implica romper todo vínculo con España y toda obligación con su rey y la dinastía de los Borbones (familia reinante en España). Toda conexión política deberá ser disuelta.. Como vemos, es una idea clara, no deja dudas respecto a la separación de España.
El concepto de República se acompaña de los objetivos del gobierno: preservar los derechos individuales, asegurar la paz y defender la soberanía. Estos objetivos están expresados en otro Art. que dice que el “objeto y fin del Gobierno debe ser conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y los pueblos” No se incluye el derecho de propiedad como derecho individual.
La idea de Confederación se expresa en el Art. 2º “…No admitirá otro sistema que el de Confederación para el pacto recíproco con las Provincias que forman nuestro Estado”
Se establecen las competencias de los organismos de gobierno de la Confederación. Cada Provincia tendrá el suyo. Pero habrá un Gobierno Supremo que se ocupará de los asuntos generales del Estado. No se aclara qué tipo de “asuntos generales” son competencia del Gobierno Supremo. Lo único que se dice en forma directa refiere a objetivo y fin del gobierno que es el mismo para los gobiernos provinciales: “ …conservar la igualdad, libertad y seguridad de los ciudadanos y los pueblos…”
El Gobierno Supremo tendrá división e independencia de loa Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial. También tendrá una Constitución General.
Se dice que el Gobierno Supremo no podrá instalarse en Buenos Aires. Este requisito se debe a que la actitud centralista de esta ciudad mostraba su “intención” de ocupar el “lugar que dejaba España”. Es decir, dominar al resto de las provincias y extrayendo sus recursos naturales para aumentar la riqueza de la ciudad puerto. Esta situación fue así y sigue siéndolo hasta la fecha actual porque el 70% del presupuesto nacional, 2006, de Argentina está destinado a Buenos Aires y el 30% para el resto de las más de veinte Provincias. Esta realidad constituye una prueba más de la vigencia del pensamiento artiguista.
Como dijimos, además de las ideas fundamentales, hay otras complementarias y necesarias para la realización de las primeras.
La autonomía provincial es el requisito fundamental de una Confederación. Autonomía supone constitución , gobierno civil y religioso ejercido por habitantes de cada provincia, ejército provincial e independencia para organizar la economía. Así se organizaron los EEUU inmediatamente después de la independencia de Inglaterra. Luego se dieron una organización Federal. La diferencia está en que la Federación tiene un Gobierno Central con más poderes, el ejército deja de ser estadual y pasa a depender del Presidente del gobierno nacional- sólo existe un ejército- Se crea un presupuesto general, policía federal y otras funciones que pasan de los gobiernos “locales” al Gobierno Central. ¿Sería esta la evolución política a la que aspiraba Artigas? No hay documentos que digan en forma expresa si de la Confederación se pasaría a la Federación. La guerra permanente impidió al Jefe Oriental mostrarnos nuevas facetas de su proyecto político, ni siquiera logró organizar la Confederación.
La Constitución es el elemento que “garantizará a las Provincias Unidas el sistema republicano (Art. 20º) El Art 18º dice que “El despotismo militar será …aniquilado con trabas constitucionales que aseguren …la soberanía de los pueblos”
La División de Poderes tiene como objetivo conservar la igualdad, libertad y seguridad.
Los Poderes serán independientes para que se cumplan los objetivos mencionados, con ello se evita el despotismo, el autoritarismo y toda forma de gobierno que carece de controles.
Dieciséis artículos se refieren a la organización general de las Provincias Unidas, aunque algunos de ellos dicen cómo se organizará esta Provincia, podemos suponer que era el “modelo” para todas.
Cuatro artículos se refieren a asuntos concretos de la Provincia Oriental:
a) definición de su territorio; b) reclamo de los Pueblos de las Misiones Orientales como parte de la Provincia, c) habilitación del puerto de Colonia; d) habilitación del puerto de Maldonado.


Bases geopolíticas de la Liga Federal

Artigas propone el federalismo como forma de organización de las Provincias Unidas porque tenía un profundo conocimiento de la realidad nacional.
Las distancias y las características físicas habían dado un perfil propio a cada Provincia. La economía variaba de una a otra: algunas eran ganaderas, otras tenían artesanías, otras eran productoras de madera, etc.
El régimen colonial español definía zonas administrativas como Cabildos o Gobernaciones que vinculaban a los habitantes de las regiones gobernadas por cada una de las autoridades españolas residentes en el Virreinato del Río de la Plata.
Pero, si bien existían fuertes localismos, “patrias chicas”, también había elementos de unidad como los ríos comunes que permitían el tránsito de mercaderías. Las Provincias estaban unidas por vínculos culturales tales como el idioma, la religión, las costumbres, la tradición, la música y la conciencia de un pasado común.
El sistema federal, según Artigas, era el único capaz de mantener la unidad respetando las diferencias.
Otro motivo de defensa del federalismo era la idea de que fortaleciendo las autonomías provinciales se evitaba el predominio de Buenos Aires sobre toda la región. Las condiciones de Buenos Aires como ex-capital del Virreinato, puerto principal, ciudad antigua, mucha población, concentración de los negocios, presencia de una clase social poderosa, prestigio intelectual, etc., le daban una posición fuerte. Los dirigentes de esta ciudad y las clases privilegiadas no querían perder los privilegios de la época colonial. Todas las ventajas de que gozaba Buenos Aires hacían que sus dirigentes desearan sustituir a España en cuanto a seguir explotando en su provecho las riquezas de las Provincias del interior.
La actitud de Buenos Aires hace que las demás Provincias se le enfrenten en defensa de sus intereses locales.
En consideración de esa situación, las Provincias se oponen a que su comercio pague impuestos al puerto de Buenos Aires, desean estar en igualdad de condiciones económicas.
Artigas decide regular el comercio y la economía de las Provincias a través de un Arancel Aduanero del año 1815 –o Reglamento de Comercio- . Este arancel aduanero decía que el comercio interprovincial estaba libre de impuestos. Protegía la producción local frente al ingreso de mercaderías extranjeras. Favorecía la exportación. Eliminaba impuestos a los productos extranjeros que favorecían la educación, la ciencia y la producción, es así que los libros, las máquinas y todos los artículos científicos tenían ingreso libre de impuestos a toda la Liga Federal.





3-Pensamiento económico: Reglamentos de 1815. Aduanero y Agrario

El pensamiento político confederativo y federal no podía dejar de lado el aspecto económico.
Las Instrucciones de 1813 contienen artículos vinculados con el aspecto económico de la Confederación: “Que ninguna tasa o derecho se imponga sobre artículos exportados de una Provincia a otra…ni se dé preferencia por los puertos de una Provincia sobre los de otra…”. Se agrega que los barcos no deben pagar tributos entre las provincias ni están obligados a anclar en los puertos de alguna de ellas.
A pesar de la guerra, el 9 de setiembre de 1815, Artigas firma un Reglamento para el comercio de las provincias, tanto entre ellas como con países extranjeros..
Los objetivos principales de este Reglamento son: a) proteccionismo de la producción provincial, b) integración económica de las Provincias, c) fomento de la producción, d) fomento de la exportación, e) facilidades para el ingreso de material científico, libros y máquinas.
El medio para lograr estos objetivos eran los impuestos aduaneros
Los artículos que podían competir con las artesanías locales tenían los impuestos de importación más altos, 40%. Aquí figuraban la vestimenta y el calzado.
La mayoría de los otros artículos de importación pagaban un 25%
La importación de maquinarias, libros, material científico estaba libre de impuestos de importación ya que las provincias no los producían y eran necesarios pera el desarrollo económico científico y educativo.
La importación de pólvora tampoco pagaba impuestos por el estado de guerra.
Se promovía la exportación de ganado en pie. Para evitar el contrabando y aumentar el comercio, se pagaba un 4% destinado a gastos portuarios y otros trámites. Los cueros también eran gravados con bajos tributos de exportación.
Se fomentaba el consumo interno de las nacientes industrias alimenticias de San Juan: aceite, frutas secas, etc.
La guerra con Buenos Aires y, luego, la Invasión Portuguesa, impidieron el funcionamiento de este Reglamento.

Reglamento agrario
El nombre completo de este Reglamento es “Reglamento para el fomento de la campaña y seguridad de sus hacendados.
Artigas lo firmó el 10 de setiembre de 1815 en Purificación.
La Provincia Oriental estaba autónoma. Artigas tenía la máxima autoridad como Gobernador de la Provincia.
Por esta fecha, la guerra con Buenos Aires se atenuó en razón de la amenaza del rey de España de venir a reconquistar estas tierras. Esta coyuntura permitió tomar algunas medidas de gobierno entre las que figura el reparto de tierras.
El tema de la tenencia de la tierra en el territorio Oriental se remonta al período colonial. El gobierno español intentaba hacer el “arreglo de los campos”. Su objetivo era hacer más productiva la campaña, poblarla, eliminar los latifundios y crear una “frontera humana” en los límites móviles con el Imperio Portugués. Las órdenes que mandaba el Rey no eran cumplidas porque a la oligarquía montevideana no le interesaba repartir tierras. Las tierras sin ocupantes les permitía extraer cueros y carne para los saladeros sin costo alguno.
Félix de Azara llega de España con el fin de iniciar el “arreglo de los” campos al que las autoridades locales se negaban. En 1801, acompañado de Artigas, proceda a repartir tierras en la frontera y a fundar pueblos. Esta tarea le dio experiencia al futuro Jefe de los Orientales.
Los años de guerra desde 1811, la primera Invasión Portuguesa, el Éxodo, la emigración, etc. disminuyeron el stock ganadero. El ganado se volvió cerril porque ya nadie lo amansaba, los portugueses aprovecharon el caos para llevar grandes cantidades de ganado al territorio de Río Grande.
Artigas entendió que se debía recuperar la ganadería y repoblar la campaña.
El Reglamento de 1815 tiene objetivos económicos como el que mencionamos. Para lograrlos, era necesario repartir tierras, terminar con los latifundios, sujetar el ganado a rodeo, prohibir la venta de ganado en pie así como la matanza de hembras.
El Reglamento tiene objetivos sociales y políticos.
Los objetivos sociales buscaban la nivelación social, el poblamiento del campo, la creación de hábitos de trabajo y la protección de la familia.
La nivelación social se hacía con la consigna de que “los más infelices sean los más privilegiados”. En esta categoría de marginados estaban los indios, los negros y los zambos libres, las viudas pobres con hijos. Tenían preferencia en la elección y entrega de campos.
Otra medida que busca justicia social era que todas las estancias a entregar tenían las mismas medidas: una legua y media de frente por dos de fondo. Los “agraciados”- beneficiados- con tierras recibían una cantidad igual de ganado para todos y una marca para identificarlo y mantenerlo en su estancia.
En cuanto a la protección de la familia, los casados tenían preferencia sobre los solteros.
Los objetivos de crear hábitos de trabajo y dar seguridad a los trabajadores se cumplía de dos maneras: a) enviando a Purificación a vagos y malhechores, allí recibían un “disciplinamiento” que los preparaba para integrar el ejército; b) los estancieros debían dar un documento a los peones que los acreditaba como tales.
El objetivo político se cumplía con dos medidas fundamentales: a) se le quitaba la tierra a los enemigos de la revolución, a “los malos europeos y peores americanos”; b) se favorecía a los patriotas revolucionarios, a sus hijos y a sus viudas

¿En que condición se entregaba la tierra? Las estancias se entregaban en calidad de usufructo. Esto quiere decir que no se trata de implantar la propiedad privada como un derecho absoluto, se la consideraba un bien social. Por eso no se podía vender, donar, contraer deudas sobre ella y cualquier otro tipo de enajenación.
Los beneficiados debían construir un rancho y dos corrales en un plazo de dos meses con uno de prórroga si había justificación.
Quien no cumplía con estos requisitos, que suponen vivir en ese campo y trabajarlo, se le quitaba la tierra que era entregada a “brazos más útiles”
¿Qué tierras se repartían?. Como ya dijimos, las de “malos europeos y peores americanos”. También se repartían latifundios, tierras públicas y aquellas que nunca habían sido ocupadas.
Artigas sabía que la burguesía montevideana iba a poner trabas a esta “reforma agraria”. Es por eso que nombra funcionarios de su confianza para que procedieran al reparto de tierras y ganado. El Cabildo Gobernador de Montevideo se encargará de registros administrativos exclusivamente. Estaba obligado a remitir a Artigas la nómina de tierras repartidas, el nombre de los beneficiados, la lista de campos solicitados y otras funciones similares.
Se repartieron pocas estancias porque se produce la Invasión Portuguesa de 1816 y la guerra recrudece.
No obstante, debemos reconocer el valor de este proyecto por su alto contenido social y económico

sábado, 3 de noviembre de 2007

Uruguay literario: Francisco Espínola, "Rodríguez"

Rodríguez
Como aquella luna había puesto todo igual, igual que de día, ya desde el medio del Paso, con el agua al estribo, lo vio Rodríguez hecho estatua entre los sauces de la barranca opuesta. Sin dejar de avanzar, bajo el poncho la mano en la pistola por cualquier evento, él le fue observando la negra cabalgadura, el respectivo poncho más que colorado. Al pisar tierra firme e iniciar el trote, el otro, que desplegó una sonrisa, taloneó, se puso también en movimiento.., y se le apareó. Desmirriado era el desconocido y muy, muy alto. La barba aguda, renegrida. A los costados de la cara, retorcidos esmeradísimamente, largos mostachos le sobresalían.A Rodríguez le chocó aquel no darse cuenta el hombre de que, con lo flaco que estaba y lo entecado del semblante, tamaña atención a los bigotes no le sentaba.-¿Va para aquellos lados, mozo? - le llegó con melosidad.Con el agregado de semejante acento, no precisó más Rodríguez para retirar la mano de la culata. Y ya sin el menor interés por saber quién era el importuno, lo dejó, no más, formarle yunta y siguió su avance a través de la gran claridad, la vista entre las orejas de su zaino, fija.-¡Lo que son las cosas, parece mentira!... ¡Te vi caer al paso, mirá... y simpaticé enseguida!Le clavó un ojo Rodríguez, incomodado por el tuteo, al tiempo que el interlocutor le lanzaba, también al sesgo, una mirada que era un cuchillo de punta, pero que se contrajo al hallar la del otro y, de golpe, quedó cual la del cordero.-Por eso, por eso, por ser vos, es que me voy al grano, derecho. ¿Te gusta la mujer?... Decí, Rodríguez, ¿te gusta?Brusco escozor le hizo componer el pecho a Rodríguez, mas se quedó sin respuesta el indiscreto. Y como la desazón le removió su fastidio, Rodríguez volvió a carraspear, esta vez con mayor dureza. Tanto que, inclinándose a un lado del zaino, escupió.-Alegrate, alegrate mucho, Rodríguez -seguía el ofertante mientras, en el mejor de los mundos, se atusaba, sin tocarse la cara, una guía del bigote-. Te puedo poner a tus pies a la mujer de tus deseos. ¿Te gusta el oro?... Agenciate latas, Rodríguez, y botijos, y te los lleno toditos. ¿Te gusta el poder, que también es lindo? Al momento, sin apearte del zaino, quedarás hecho comisario o jefe político o coronel. General, no, Rodríguez, porque esos puestos los tengo reservados. Pero de ahí para abajo... no tenés más que elegir.Muy fastidiado por el parloteo, seguía mudo, siempre, siempre sosteniendo la mirada hacia adelante, Rodríguez.-Mirá, vos no precisás más que abrir la boca...-¡Pucha que tiene poderes, usted! -fue a decir, Rodríguez; pero se contuvo para ver si, a silencio, aburría al cargoso. Este, que un momento aguardó tan siquiera una palabra, sintióse invadido como por el estupor. Se acariciaba la barba; de reojo miró dos o tres veces al otro... Después, su cabeza se abatió sobre el pecho, pensando con intensidad. Y pareció que se le había tapado la boca.Asimismo bajo la ancha blancura, ¡qué silencio, ahora, al paso de los jinetes y de sus sombras tan nítidas! De golpe pareció que todo lo capaz de turbarlo había fugado lejos, cada cual con su ruido.A las cuadras, la mano de Rodríguez asomó por el costado del poncho con tabaquera y con chala. Sin abandonar el trote se puso a liar. Entonces, en brusca resolución, el de los bigotes rozó con la espuela a su oscuro, que casi se dio contra unos espinillos. Separado un poco así, pero manteniendo la marcha a fin de no quedarse atrás, fue que dijo:-¿Dudás, Rodríguez? ¡Fijate, en mi negro viejo!Y siguió cabalgando en un tordillo como leche. Seguro de que, ahora si, había pasmado a Rodríguez y, no queriendo darle tiempo a reaccionar, sacó de entre los pliegues del poncho el largo brazo puro hueso, sin espinarse, manoteó una rama de tala y señaló, soberbio:-¡Mirá!La rama se hizo víbora, se debatió brillando en la noche al querer librarse de la tan flaca mano que la oprimía por el medio y, cuando con altanería el forastero la arrojó lejos, ella se perdió a los silbidos entre los pastos.Registrábase Rodríguez en procura de su yesquero. Al acompañante, sorprendido del propósito, fulguraron los ojos. Pero apeló al poco de calma que le quedaba, se adelantó a la intención y, dijo con forzada solicitud, otra vez muy montado en el oscuro:¡No te molestés! ¡Servite fuego, Rodríguez!Frotó la yema del índice con la del dedo gordo. Al punto una azulada llamita brotó entre ellos. Corrióla entonces hacia la uña del pulgar y, así, allí paradita, la presentó como en palmatoria.Ya el cigarro en la boca, al fuego la acercó Rodríguez inclinando la cabeza, y aspiró.-¿Y?... ¿Qué me decís, ahora?-Esas son pruebas -murmuró entre la amplia humada Rodríguez, siempre pensando qué hacer para sacarse de encima al pegajoso.Sobre el ánimo del jinete del oscuro la expresión fue un baldazo de agua fría. Cuando consiguió recobrarse, pudo seguir, con creciente ahínco, la mente hecha un volcán.-¿Ah, sí? ¿Con que pruebas, no? ¿Y esto? Ahora miró de lleno Rodríguez, y afirmó en las riendas al zaino, temeroso de que se le abrieran de una cornada. Porque el importuno andaba a los corcovos en un toro cimarrón, presentado con tanto fuego en los ojos que milagro parecía no le estuviera ya echando humo el cuero.-¿Y esto otro? ¡Mirá qué aletas, Rodríguez! -se prolongó, casi hecho imploración, en la noche.Ya no era toro lo que montaba el seductor, era bagre. Sujetándolo de los bigotes un instante, y espoleándolo asimismo hasta hacerlo bufar, su jinete lo lanzó como luz a dar vueltas en torno a Rodríguez. Pero Rodríguez seguía trotando. Pescado, por grande que fuera, no tenía peligro para el zainito.-Hablame, Rodríguez, ¿y esto?... ¡por favor, fijate bien!... ¿Eh?... ¡Fijate!-¿Eso? Mágica, eso.Con su jinete abrazándole la cabeza para no desplomarse del brusco sofrenazo, el bagre quedó clavado de cola.-¡Te vas a la puta que te parió!Y mientras el zainito -hasta donde no llegó la exclamación por haber surgido entre un ahogo- seguía muy campante bajo la blanca, tan blanca luna tomando distancia, el otra vez oscuro, al sentir enterrársele las espuelas, giró en dos patas enseñando los dientes, para volver a apostar a su jinete entre los sauces del Paso.

Historia del Uruguay revolucionario: "Liga Federal"




Artigas:Jefe de los Orientales y caudillo del Río de la Plata
1815 es el año de apogeo de Artigas. En este año, el Caudillo gobierna la Provincia Oriental y la Liga Federal logra sus mejores triunfos y organización. Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Misiones y la Provincia Oriental lo consideran
Protector de los Pueblos Libres. En ese momento, los dirigentes porteños plantean la organización de un gobierno monárquico a lo que se oponen las Provincias del interior, de ahí que consideren a Artigas protector de la libertad.

La Liga Federal
Artigas sostenía que la organización de las Provincias Unidas debía iniciarse con una Confederación.
La Confederación daría paso a un sistema federal a medida que se progresara en la unidad de las Provincias.
La idea de federalismo fue tomada de la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica recientemente independizados de Inglaterra y del conocimiento que tenía Artigas de la realidad rioplatense.
El sistema federal se apoya en el principio de autonomía provincial. Cada Provincia tendría un gobierno autónomo, ejércitos provinciales, economía autónoma, autoridades religiosas, leyes propias, etc.
Un Gobierno Supremo se encargaría de las relaciones exteriores y de coordinar los ejércitos en caso de una agresión del exterior.
La Liga Federal constituía la primera etapa hacia un sistema federal. Se organizó sobre la base de pactos interprovinciales.
Cada Provincia tenía un caudillo; los pactos se realizaron entre caudillos. Los primeros objetivos de estos pactos eran de tipo militar a fin de unir fuerzas para luchar contra el centralismo de Buenos Aires.
Las Provincias de la Liga Federal fueron: Provincia Oriental, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Córdoba.
La Liga Federal fue una confederación porque no tuvo un gobierno central fuerte ni leyes comunes. Estas características diferencian la confederación del sistema federal. El sistema federal reconoce las autonomías regionales pero tiene otras leyes comunes, así como ejército y policía nacional separados de lo provincial.
La Liga Federal se oponía a las ideas centralistas de los dirigentes de Buenos Aires. El centralismo sostenía que toda la revolución debía estar dirigida por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Esta ciudad organizaba todos los aspectos tanto económicos como políticos y militares.
Las Provincias del interior se resistían ante tanto poder de Buenos Aires; decían que aquella ciudad-puerto quería sustituir a España en lo político y en lo económico.

Bases geopolíticas de la Liga Federal
Artigas propone el federalismo como forma de organización de las Provincias Unidas porque tenía un profundo conocimiento de la realidad nacional.
Las distancias y las características físicas habían dado un perfil propio a cada Provincia. La economía variaba de una a otra: algunas eran ganaderas, otras tenían artesanías, otras eran productoras de madera, etc.
El regimen colonial español definía zonas administrativas como Cabildos o Gobernaciones que vinculaban a los habitantes de las regiones gobernadas por cada una de las autoridades españolas residentes en el Virreinato del Río de la Plata.
Pero, si bien existía fuertes localismos, “patrias chicas”, también había elementos de unidad como los ríos comunes que permitían el tránsito de mercaderías. Las Provincias estaban unidas por vínculos culturales tales como el idioma, la religión, las costumbres, la tradición, la música y la conciencia de un pasado común.
El sistema federal, según Artigas, era el único capaz de mantener la unidad respetando las diferencias.
Otro motivo de defensa del federalismo era la idea de que fortaleciendo las autonomías provinciales se evitaba el predominio de Buenos Aires sobre toda la región. Las condiciones de Buenos Aires como excapital del Virreinato, puerto principal,ciudad antigua, mucha población, concentración de los negocios, presencia de una clase social poderosa, prestigio intelectual, etc., le daban una posición fuerte. Los dirigentes de esta ciudad y las clases privilegiadas no querían perder los privilegios de la época colonial. Todas las ventajas de que gozaba Buenos Aires hacían que sus dirigentes desearan sustituir a España en cuanto a seguir explotando en su provecho las riquezas de las Provincias del interior.
La actitud de Buenos Aires hace que las demás Provincias se le enfrenten en defensa de sus intereses locales.
En consideración de esa situación, las Provincias se oponen a que su comercio pague impuestos al puerto de Buenos Aires, desean estar en igualdad de condiciones económicas.
Artigas decide regular el comercio y la economía de las Provincias a través de un Arancel Aduanero del año 1815 –o Reglamento de Comercio- . Este arancel aduanero decía que el comercio interprovincial estaba libre de impuestos. Protegía la producción local frente al ingreso de mercaderías extranjeras. Favorecía la exportación. Eliminaba impuestos a los productos extranjeros que favorecían la educación, la ciencia y la producción, es así que los libros, las máquinas y todos los artículos científicos tenían ingreso libre de impuestos a toda la Liga Federal.


Papel de Artigas en la Liga Federal

José Artigas fue el conductor de la Liga Federal. Era el principal caudillo en un momento en que las Provincias estaban unidas por pactos entre caudillos. Los caudillos jefes de cada Provincia lo consideran caudillo mayor y se ponen bajo sus órdenes. A pesar de la guerra contra Buenos Aires, se puede reunir algunos congresos para recoger los intereses y aspiraciones de los habitantes de las Provincias.
Las Provincias nombran a Artigas Protector de los Pueblos Libres en un momento en que muchos dirigentes bonaerenses piensan en instalar un rey en el gobierno de las Provincias Unidas. La creación de un sistema monárquico hacía peligrar las libertades que otorga un sistema republicano como el que defendía Artigas.



Fracaso de la Liga Federal
El proyecto federal artiguista no pudo mantenerse por la hábil diplomacia de Buenos Aires que atrajo a los otros caudillos y porque los portugueses invaden la Provincia Oriental en 1816. Artigas debió luchar en varios frentes: contra los portugueses, contra Buenos Aires y contra algunos caudillos provinciales que lo abandonaban para aliarse con Buenos Aires.