Velázquez, pintor español
La obra que Velázquez pintó en 1656 es uno de los capítulos más importantes de la obra de Focault “Las palabras y las cosas” donde el autor trata de dar cuenta del orden que existe en el mundo.
La obra que Velásquez pintó en 1656 es uno de los capítulos más importantes de la obra de Focault “Las palabras y las cosas” donde el autor trata de dar cuenta del orden que existe en el mundo. El mundo tiene un orden y el sujeto es el encargado de echar luz sobre él. Ese mundo ordenado es de antemano pensado por Dios y el hombre también tiene un lugar dentro de ese orden, un lugar como sujeto racional. Para Focault el hombre de la época clásica conoce a través de la representación, por eso lo que se ve en la pintura: cada cosa creada tiene un lugar en el cuadro.
En cuanto a la obra específicamente:
Velázquez se encuentra pensativo y observa los modelos que se dispone a pintar. Nosotros podemos ser esos modelos ya que somos contemplados por Velázquez. Sin embargo, los reyes Felipe IV y Mariana, a quienes vemos reflejados en el espejo del fondo, son las personas que el pintor retrata.Velásquez se encuentra a la izquierda del cuadro con un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda. Está preparado para pintar los modelos que se encuentran delante de él. A su vez, enfrente suyo está la parte posterior del lienzo sobre un caballete. (desconocemos si esos no podríamos ser nosotros).En el fondo un visitante está en las escaleras, no sabemos si viene o se va. Lleva un sombrero en la mano y la luz que viene de la ventana es de tal intensidad que hace brillar la escalera, la puerta y la persona de este visitante (que podríamos ser nosotros representados en el cuadro).Colgado en la pared un espejo que refleja la luz y allí aparece la imagen del rey y la reina. Lo que no puede saberse es si están quietos posando para Velázquez o si entran en ese momento en la habitación.Según cuentan algunos autores, ese espejo engaña y confunde creando espacios ilusorios donde se crea una interrelación tan estrecha entre lo pintado y lo real que resulta difícil distinguirlos.
La obra que Velásquez pintó en 1656 es uno de los capítulos más importantes de la obra de Focault “Las palabras y las cosas” donde el autor trata de dar cuenta del orden que existe en el mundo. El mundo tiene un orden y el sujeto es el encargado de echar luz sobre él. Ese mundo ordenado es de antemano pensado por Dios y el hombre también tiene un lugar dentro de ese orden, un lugar como sujeto racional. Para Focault el hombre de la época clásica conoce a través de la representación, por eso lo que se ve en la pintura: cada cosa creada tiene un lugar en el cuadro.
En cuanto a la obra específicamente:
Velázquez se encuentra pensativo y observa los modelos que se dispone a pintar. Nosotros podemos ser esos modelos ya que somos contemplados por Velázquez. Sin embargo, los reyes Felipe IV y Mariana, a quienes vemos reflejados en el espejo del fondo, son las personas que el pintor retrata.Velásquez se encuentra a la izquierda del cuadro con un pincel en la mano derecha y la paleta con los demás pinceles en la izquierda. Está preparado para pintar los modelos que se encuentran delante de él. A su vez, enfrente suyo está la parte posterior del lienzo sobre un caballete. (desconocemos si esos no podríamos ser nosotros).En el fondo un visitante está en las escaleras, no sabemos si viene o se va. Lleva un sombrero en la mano y la luz que viene de la ventana es de tal intensidad que hace brillar la escalera, la puerta y la persona de este visitante (que podríamos ser nosotros representados en el cuadro).Colgado en la pared un espejo que refleja la luz y allí aparece la imagen del rey y la reina. Lo que no puede saberse es si están quietos posando para Velázquez o si entran en ese momento en la habitación.Según cuentan algunos autores, ese espejo engaña y confunde creando espacios ilusorios donde se crea una interrelación tan estrecha entre lo pintado y lo real que resulta difícil distinguirlos.
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