domingo, 30 de marzo de 2008

Mi modesta pieza de teatro:"Drama en el escenario"

Drama en el escenario

ACTO PRIMERO – PRÓLOGO EN EL TEATRO

Escena I

Personajes:
ESCENÓGRAFO,
ÁNGELA (Primera actriz),
JULIÁN (Primer actor),
AUTOR,
DIRECTOR,
JUANA, JOSÉ y FELIPE (actores secundarios)

El Escenógrafo lucha entre cables, focos luminosos, telas y pinturas. El escenario muestra una escena en el cielo: Se ven ángeles colgantes y una figura majestuosa en el centro.

ÁNGELA- ¡Qué sucia está la barba de Dios!
JULIÁN- ¡Y que duras las alas de los ángeles! Los ojos de Mefistófeles no brillan.
AUTOR- Los actores siempre protestan ¿no les dijo el Director que vamos a poner en escena Fausto?
JULIÁN-¡Pobre Goethe, si viera esto!
DIRECTOR- ¿Qué es esa escenografía?
ÁNGELA-Dice el Autor que vamos a representar Fausto…
DIRECTOR- Disparate, locura… ¿cómo? No tenemos para comer. (se dirige al autor). Te he pedido que escribas una obra sencilla, con poca escenografía y que participen todos los actores.
AUTOR- Yo entendí que…
DIRECTOR- Fausto ya tiene autor, si quisiera ponerlo en escena, no te necesito. ¿Perdiste el sentido de tu función? ¿O me quieres sustituir? ¡Qué locura!
ESCENÓGRAFO- ¿Qué hago con todo esto?, ¿Quién me paga los materiales y el tiempo? ¡Falta de seriedad! ¿Quién manda aquí? ¡No voy a entrar en vuestra locura itinerante! (empezó a subir la voz, terminó gritando)
(entran los demás actores atraídos por los gritos del Escenógrafo)
JUANA- ¿Qué pasa?, ¿Cuándo ensayamos?, ¿Cuándo vamos a representar algo?
JOSÉ- Nos van a echar de este galpón, no pagamos la renta.
FELIPE- No pagamos la renta aquí ni donde vivimos, vamos a terminar durmiendo en la calle y mendigando…
AUTOR- Ese es mi problema, el hambre y las deudas no me dejan pensar, no me inspiro. Por eso… (lo interrumpe el Director)
DIRECTOR- Por eso, nada. Vergüenza debiera darte. ¿Cómo se te ocurre hacerte pasar por Goethe? ¡Y dar órdenes al Escenógrafo!, ¿te has vuelto loco?…
(los actores se retiran cabizbajos mientras Director y Autor siguen gesticulando)

Escena II

Personajes:
AUTOR,
DIRECTOR

AUTOR- Siempre mintiendo, siempre negándome ante los demás.
DIRECTOR- Soy el Director, el que manda. No puedo aceptar mis errores ante los Actores
AUTOR- Tú dijiste que ibas a reponer Fausto, que había vestuario, escenografía y los actores conocían el libreto. ¿Por qué lo negaste?
DIRECTOR-Cambié de opinión, así de sencillo.
AUTOR- El engaño y la mentira te harán fracasar, la verdad se impone, tarde o temprano.
DIRECTOR- Bla, bla, bla. ¿No sabes cuando tu discurso no me interesa?
AUTOR- Nada de los otros te interesa, solamente quieres dominar…
DIRECTOR- ¡Calla!
AUTOR- Nos necesitas a todos pero, como seres libres. Tú buscas esclavizarnos, así nos quitas la vida, perdemos entusiasmo. Inspiras temor. El miedo inmoviliza.
DIRECTOR- Bien. ¿Qué quieres?
AUTOR- Que cambies de actitud. No te das cuenta que los Actores han perdido su entusiasmo, que están aquí esperando un cambio.
DIRECTOR- No cambiaré nada. Todos, inclusive, tú, deben obedecerme. ¿Por qué no te pones a crear personajes? ¿Por qué no escribes una obra nueva?
AUTOR- Llegué a este teatro engañado por ti. Soy el Autor, necesito libertad, que se respete mi obra…
DIRECTOR- ¿Qué dices?
AUTOR- Lo que oíste, me cambias el argumento y los personajes…
DIRECTOR-(interrumpiéndolo). Si son porquerías, las tengo que cambiar, si no me gusta, lo tengo que eliminar: soy el Director.
AUTOR- Perdí mi inspiración por tu actitud.
DIRECTOR- Ponte a escribir, es una orden.
AUTOR- Pronto me iré, sigo para apoyar a los Actores y luchar para que cambies.
DIRECTOR- Aléjate de mi presencia, tienes algo que me hace dudar de lo que hago, por eso, te desprecio.
AUTOR- Tomo mi maleta y me voy, veo que te molesto.
DIRECTOR- No, no. Por favor, necesito que te quedes. Tú tienes el argumento. ¡Quédate! ¡Te lo imploro! No te retires, ven, voy a escucharte. (habla solo: lo tengo que engañar, es un tonto, pero, lo necesito)
AUTOR- ¿Qué dices en voz baja?
DIRECTOR- Reflexionaba sobre lo que dijiste.
AUTOR- Que extraña tu actitud, permíteme no creerte.
DIRECTOR- Piensa lo que quieras, yo te digo que te quedas.
AUTOR- Lo haré, me queda la esperanza…
DIRECTOR-Bien, Bien. Ya hablaste demasiado. ¡A trabajar!
El Autor se retira con el rostro entristecido, lágrimas brotan de sus ojos cálidos. No puede entender tanto egoísmo.


Escena III

Personajes: los ACTORES y el DIRECTOR

Los Actores reunidos alrededor de una vieja mesa en una habitación en penumbras, llena de restos de coreografías y telarañas. Rostros tensos, miradas perdidas, manos crispadas.

FELIPE- No podemos seguir a la deriva, son dos locos…
JUANA- Nunca acuerdan nada, mantienen un diálogo de sordos.
ÁNGELA- Tengo otra oferta en otra compañía pero….
JUANA- Tú eres la primera actriz, eso vale ¿o no?
ÁNGELA- Me ata una esperanza, el Director es bueno, nos ubica bien.
JULIÁN- ¿Y del Autor?, ¿qué me dices?
ÁNGELA- Ha escrito buenas obras ¿por qué está tan perdido? Tiene principios e ideales.
JULIÁN- ¿Y eso qué? La verdad nuestra es que nos estamos desbarrancando.
JOSÉ- Comparto tu opinión. Todo se va en proyectos absurdos. Nunca una puesta en escena…caramba.
JUANA- Hasta he pensado en que uno de nosotros puede armar aunque sea una comedia, quizá convenzamos al Director.
ÁNGELA- Otra que está loca. ¿Cómo se te ocurre?
JOSÉ- No es mala la idea. Soñemos…hasta podemos llenar el teatro.
JUANA- Todo depende del título…y de cuánto ensayemos.
FELIPE- Pero… ¿y el Autor?
JOSÉ- Tú mismo empezaste la conversación diciendo que no sabe qué hacer. Fuiste tú el que dijo que Autor y Director van a la deriva.
FELIPE- También dije que están locos, tan locos como nosotros.
ÁNGELA- Explica eso.
FELIPE- Fácil, estamos aferrados a algo que no sabemos qué es, esperamos, esperamos, como si el mundo se redujera a estas paredes.
JOSÉ- Muy cierto. Afuera está el mundo real, ¿por qué no salimos?
JULIÁN- Todos le tenemos miedo a ese mundo en el que no podemos soñar… y no tenemos libertad.
ÁNGELA- Estamos alienados, no sabemos quiénes somos ni qué esperamos. Afuera, el mundo nos domina y en el teatro, estamos a merced del Director….
JUANA- Al menos, el Director nos deja vivir en los personajes.
(la conversación se interrumpe por los gritos y golpes del Director)
DIRECTOR- ¿Dónde están? No me abandonen. No soy nada sin ustedes. Son mi arcilla. No me dejen solo…
ÁNGELA- (dirigiéndose en voz alta al Director) ¡No grites! ¿Te has vuelto loco?
DIRECTOR- ¿Dónde están?, no los veo, no veo nada.
JOSÉ- Enciende la luz. Estamos en el cuarto del Escenógrafo.
JULIÁN – Tranquilo, Director, vamos a ayudarte.
FELIPE- Unos dependemos de los otros pero, ¿por qué no nos entendemos?
DIRECTOR- ¿Qué dices?
FELIPE- Lo que oíste. No nos tienes en cuenta, somos tu arcilla. ¿Nunca pensaste que somos personas?, la actuación es una ficción.
DIRECTOR- La actuación es la única realidad, yo les doy vida.



Escena IV

Personajes: los anteriores y el AUTOR

AUTOR-¿Qué susurran a media luz?, ¡traidores!
JULIÁN- Nadie te traicionó, vuelve a tus cabales, sólo eso esperamos…
AUTOR- Siento que me abandonan, que no creen en mis ideas. Me siento traicionado, incomprendido.
ÁNGELA- Te respetamos, nos diste buenas lecciones, eres muy humano…
DIRECTOR-(interrumpe a Ángela y se dirige al Autor) Dicen que la actuación es una ficción, (ríe sarcásticamente)
ÁNGELA- ¿Eso te produce hilaridad? ¡Contesta!
DIRECTOR- Viven por mí.
JOSÉ- Pero después que nos das vida, la vivimos nosotros, los Actores.
FELIPE- Encarnamos al personaje. Sin nosotros, ni tú ni el Autor son algo.
JUANA- Les digo, no son tan importantes, podemos crear una obra y ponerla en escena.
DIRECTOR-¡Qué estupidez!
JUANA- No tanto. Hemos encarnado a tantos personajes…, ¿por qué no a un Director loco y un Autor derrumbado?
AUTOR- Gracias, Juana, ¡me diste una idea!
DIRECTOR- ¡Al fin! ¿Qué piensas hacer?
AUTOR- Dejarlos elaborar su propia ficción: actor y personaje en el mismo ser. ¡Libertad! ¡Sueños!
DIRECTOR- La idea es original pero… ¿Quién ordena el libreto? Se puede transformar en un caos ¿Y el argumento? incoherente al igual que el orden de las escenas. ¡Me asusta!
AUTOR- Déjame probar, hemos perdido tanto tiempo…
JULIÁN- Al menos, dinos qué tenemos que hacer, no somos escritores ni libretistas.
ÁNGELA- Bien, Julián. Que el Autor nos oriente.
AUTOR- Cada uno que elija un personaje y una situación. Cuando lo tengan pronto, empezamos.
FELIPE- El Autor confía en nosotros. Eso es bueno.
DIRECTOR- Yo soy el Director. ¿Qué voy a dirigir?
AUTOR- Lo que salga de esa creatividad. Tienes muchas cosas para hacer, Director.
JOSÉ- Te va a costar, Director, estás acostumbrado a jugar con nosotros. Esta vez, no seremos tu arcilla. La arcilla serás tú.
DIRECTOR-¡Horror! Si no fuera por la necesidad, no me prestaría a este absurdo.


ACTO SEGUNDO – ENSAYO

Escena I

Personajes: todos los ACTORES, el AUTOR y el DIRECTOR

AUTOR- ¿Quién empieza?
JUANA- Yo
AUTOR- ¡Adelante!
JUANA- Mirad mi casa! Allá, en la colina. ¿Veis sus puertas? ¿Queréis entrar?
AUTOR- ¿Quién sigue?
FELIPE- Yo. Pero no interrumpas, nos haces perder el hilo del argumento.
DIRECTOR- Así que lo armaron en conjunto, ¿eh?
ÁNGELA- ¿Y cómo, si no?
FELIPE- Juana, repite tu parlamento
JUANA- ¡Mirad mi casa! Allá, en la colina. ¿Veis sus puertas? ¿Queréis entrar?
FELIPE- ¿Qué tiene esa casa?
JUANA- Fantasmas, los fantasmas de mis recuerdos, de mis proyectos, de mis esperanzas...
ÁNGELA- Dinos algo más…(interrumpe José con su parlamento)
JOSÉ- Yo también veo fantasmas, me persiguen, me despiertan en la noche.
JULIÁN- Deben ser los míos: proyectos, amores idos, miedos.
ÁNGELA- Mis fantasmas son otros: ambiciono la gloria y el éxito, ellos me cortan el camino.
FELIPE- Puedo curarlos de esas obsesiones.
JOSÉ- Más que obsesiones, son pesadillas, cadenas.
JUANA- Ciertamente, cadenas.
ÁNGELA- Nos arrastramos con ellas, nos aprietan, nos inmovilizan.
JULIÁN- Siempre busco, no sé que.
FELIPE- Salir de tus sueños y enfrentar la realidad.
JULIÁN- Le temo a la realidad, el mundo de ficción y de sueños es más soportable.
FELIPE- Te parece, pero no es así. El mundo tiene vida real. Sus desafíos son concretos, los tienes que enfrentar y resolver, les pones vida!
JUANA- ¿Vais a entrar a mi casa?
ÁNGELA- ¿Qué tiene tu casa que no tenga la nuestra?
JOSÉ- Lo mismo, querida Juana. Eres tan humana como nosotros.
JULIÁN- Y tienes los mismos miedos.
ÁNGELA- Razón, tienes, Julián.
DIRECTOR- Va bien el diálogo. Pero falta más énfasis en el tono. Tú, José, más expresividad, párate erguido, no te inclines. Ángela: más alta esa pregunta, tono increpante, cabeza levantada, desafiante. Juana, repite el primer parlamento, dale más, más persuasión al tono, que no sea monótono.
JUANA-¡Mirad mi casa! Allá, en la colina. ¿Veis sus puertas? ¿Queréis entrar?
DIRECTOR- No, no. Empiecen todos de nuevo, no olviden nada, manejen el cuerpo, los gestos y la voz como yo les he enseñado.
ÁNGELA- Como tú nos has enseñado, sí. Pero, recuerda que somos Actores profesionales. Le damos carácter a cada personaje.
DIRECTOR- Bueno, bueno, ¡basta! ¡A ensayar de nuevo! Repasen los parlamentos…
JULIÁN- El Autor tendría que ayudarnos a afinar los parlamentos.
JUANA- ¿Dónde está el Autor? Desaparece cuando más lo necesitamos.
AUTOR- Aquí estoy, envuelto en el telón, ¡muero de frío!
ÁNGELA- Abrígate, siempre la falta de sentido común. Es invierno. ¿Quieres que haga calor por tu voluntad? Eres Autor de ficciones, no de realidades.
AUTOR- Tengo poca ropa.
FELIPE- Usa mi abrigo. No sufras inútilmente.
JULIÁN- El Autor tiene una vida frugal.
JOSÉ- Y nunca se lamenta. Por eso, nos asombra tu nueva actitud.
AUTOR- Ya se van a enterar. Ahora, sigan con el argumento.


Escena II

Personajes: los ACTORES

Los Actores buscan viejos vestuarios. Están entusiasmados. Hurgaron en los armarios y encontraron trajes de cuando interpretaban tragedias griegas. Ángela se vistió con la túnica de Antígona a quien ella había representado, le iba bien. Todos se vistieron con los personajes de Sófocles. Felipe se puso un yelmo y José, una corona de olivos. Juana vistió la túnica de Ismena, la acarició recordando aquella temporada exitosa cuando ella fue Ismena.
Le hicieron modificaciones a algunos parlamentos.
Entran al escenario a repetir el ensayo de la escena I. Director y Autor miran sin entender, callan, los trajes griegos los desacomodan. Esperan.
Los Actores se mueven con prestancia y seguridad. Sus cuerpos en posición, sus voces altas, sus gestos fuertes, sus manos acompañan el contenido del parlamento con ritmo suave. Todos se mueven con fluidez y arrogancia por el escenario vacío. Están listos para repetir la escena El telón, recogido, cae a los costados, movido por el viento que viene de pasillos abiertos.

JUANA- ¡Mirad mi casa! Allá, en la colina. ¿Veis sus puertas? ¿Queréis entrar? (la mano de Juana señala, su dedo índice en alto, hace que las miradas se dirijan a ese sitio imaginario, como ubicado en el techo del escenario)
FELIPE- ¿Qué tiene esa casa? (se acomoda el yelmo cuyo penacho se ha inclinado)
JUANA-Fantasmas, los fantasmas de mis recuerdos, de mis proyectos, de mis esperanzas… (la voz de Juana adquiere un tono nostálgico y sugestivo)
ÁNGELA- Dinos algo más de tu casa
JUANA- Quisiera volver a entrar por alguna de sus puertas…
ÁNGELA- Quizá puedas ahuyentar tus fantasmas, mirándolos a la cara, asumiéndolos como parte de tu vida.
JUANA- (se tapa el rostro con las manos, se inclina como si llevara un gran peso, solloza). No puedo enfrentarme sola. Necesito otra fuerza, quizá, amor.
JOSÉ- Yo también veo fantasmas, me persiguen, me despiertan en la noche, se instalan en mi almohada…
JULIÁN- Vuestros fantasmas deben ser los míos. Proyectos, amores idos, miedos, frustraciones…
ÁNGELA- Mis fantasmas son distintos, yo los he creado, se llaman ambición de gloria, éxito, manos que aplauden sin cesar, telones que se levantan varias veces.
FELIPE- Puedo curarlos de esas obsesiones…
JOSÉ- Más que obsesiones son pesadillas, cadenas…
JUANA- Ciertamente, cadenas.
ÁNGELA- Nos arrastramos con ellas, nos aprietan, nos inmovilizan… ¡Oh!... ¡pesares del alma mía!
FELIPE- ¿Quién no tiene pesares? ¡Quién no ha amado sin ser correspondido! ¡Quién retiene lo que más quiere! ¡Quién grita en libertad sus sueños! Es propio de nuestra condición humana, el padecer, el vivir la angustia de la existencia.
JULIÁN- (como si no hubiera escuchado las reflexiones de Felipe o las interpretó a su modo) Siempre busco, no sé qué
FELIPE- Te buscas a ti mismo
JUANA- ¿Y cómo podemos encontrarnos?
FELIPE- Saliendo de la ensoñación, enfrentando la realidad
JULIÁN- Le temo a esa realidad, es dura y ajena. El mundo de la ficción es más nuestro.
ÁNGELA- Nos permite soñar que somos libres…
JUANA- Eso, Ángela, sueños y más sueños, insoportables sueños…
JULIÁN- Los sueños son más soportables que la realidad del mundo.
FELIPE- Te parece, Julián. No es así. El mundo tiene vida real. Sus desafíos son concretos. Los tienes que enfrentar y resolver. ¡Y en eso, le pones vida!
JUANA- (como despertando, como volviendo de sus recuerdos) ¿Vais a entrar a mi casa?
ÁNGELA- ¿Qué tiene tu casa que no tenga la nuestra? ¿No oíste a los otros?
JOSÉ- Tu casa, querida Juana, tiene lo mismo. Eres tan humana como nosotros.
JULIÁN- Y tienes los mismos miedos…
ÁNGELA- Razón, tienes, Julián.
FELIPE- No penséis más en los miedos, realmente son fantasmas, se esfuman con la luz de nuestra voluntad.
ÁNGELA- ¿Realmente, tú crees?
FELIPE- Así pienso y así actuaré en los días que siguen.
(se juntan en el centro del escenario, se ponen de frente al público imaginario, se inclinan en un largo saludo. Se retiran)



Escena III
Personajes: AUTOR, DIRECTOR, ACTORES.

DIRECTOR - ¡Excelente! ¡Excelente actuación! Os felicito.
JULIÁN- ¡Al fin!
AUTOR- ¿Cuál es mi tarea?
DIRECTOR- Lo que elegiste
ÁNGELA- Colabora, corrígenos el argumento. Y tú, Director, no te limites a repetir “Excelente, excelente”. Perfecciona nuestra impostación, nuestros gestos, nuestro desplazamiento en la escena.
JOSÉ- Primero eras todo, nos decías que vivíamos por ti, ¿y ahora?
DIRECTOR- (como si nada hubiese escuchado)¡Excelente, excelente! Mejoró, mejoró, hay que volver a ensayar. La escena fue muy larga. Midan los tiempos
AUTOR-¿Y cómo piensan seguir? ¿Cómo lo van a terminar?
ÁNGELA- ¿Por qué tiene que terminar? Es nuestra vida.
JUANA- Sólo la muerte le pondrá fin.
DIRECTOR- Entonces, ¿el final es que se mueren todos?
JULIÁN- No seas terco ni tan soberbio, Di-rec-tor!!!
AUTOR- Lo veo bien, hay un argumento subyacente. Lo representan bien.
DIRECTOR- El tema calidad de representación es mío, tú confórmate con evitar el absurdo. Armar las escenas, corregir esto: llamémosle li-bre-to.
AUTOR- ¿Por qué va a ser absurdo? Son sus vidas
DIRECTOR- ¡Ya es absurdo! ¿Cómo vamos a representar esto? ¿Qué le vamos a decir al público? ¿Cómo lo convocamos? ¿Y los anuncios? “Obra dirigida por: los Actores. Autor: los Actores. Actores, los Actores”
ÁNGELA- Estamos todos tensos, sigamos más tarde.
JULIÁN- De acuerdo.
FELIPE- Tomemos un buen café.
Escena IV

Personajes: los ACTORES

Los Actores están satisfechos. Vuelven al cuarto de vestuarios. Abren baúles. Sacan trajes de personajes que ellos han representado. Sus rostros expresan un dejo de nostalgia frente a cada vestido. Alguna vez fueron la persona que vestía ese ropaje.
Ángela se introduce en Lady Macbeth, Julián, en Fausto, todo de negro, José se coloca la corona de Macbeth.

FELIPE- ¡No!, ¡no! No empecemos a revivir la tragedia humana. Alejemos esos fantasmas. La ambición, la traición, las manos ensangrentadas por el crimen. ¡No! Y menos la negra existencia flotando entre el bien y el mal. ¡Ánimo!
JUANA- No tengo ganas de vestirme de bruja. Tienes razón, Felipe, busquemos personajes más alegres o menos trágicos.
FELIPE- Mirad! Moliere, oh, la ropa de El Avaro.
JULIÁN- Tampoco hay que pasarse a otra situación trágica como la avaricia.
ÁNGELA- Tienes razón, Felipe, siempre tienes razón. No quiero que se me sequen los pechos como deseaba Lady Macbeth
JOSÉ- Ni yo quiero ver mis manos ensangrentadas por el crimen.
ÁNGELA- Busquemos los personajes de aquella comedia que tanto nos costó representar, son trajes coloridos. Ni el nombre le recuerdo.
JOSÉ- El Autor lo sabe, fue él quién la escribió, ya estaba trabajando para el Director.
JULIÁN- La comedia se llama los “Caminantes cómicos”
JOSÉ- El Autor escribió obras de vanguardia.
ÁNGELA- Fueron buenas sus obras. Gracias a él, dejamos de representar a los grandes clásicos.
JULIÁN- ¿Quieres decir que los clásicos ya no valen?
ÁNGELA- No, nada de eso. Nos dieron la dimensión del arte dramático, los valores universales y la esencia de la condición humana. Pero, las obras de vanguardia y las más modernas tienen su valor.
FELIPE- Bueno, bueno. ¿Estamos reviviendo nuestros años en la Escuela de Arte Dramático? ¡Acción, compañeros, acción! Atrás la historia. ¡Mirad hacia adelante! Somos jóvenes. No nos hagamos viejos antes de tiempo.(camina encorvado, zigzagueante y con un tremolar en los brazos)
ÁNGELA-¡Cómo te admiro, Felipe!
JULIÁN- Ya lo sé: Felipe es tu guía, miras por sus ojos y lates con su corazón.
JOSÉ- ¿A que viene tu discurso, Julián?
JULIÁN- Pregúntaselo a Felipe y a Ángela.
El silencio se apodera del ambiente. Todos se quedan de pie, como estatuas, con vestidos colgando de sus manos inexpresivas.
JUANA- ¿Qué nos ha sucedido?
JULIÁN- Querida Juana, eres la más joven, la más ingenua, la más dulce…
JOSÉ-(interrumpiendo a Julián) ¿Qué oigo?
JULIÁN- Déjame terminar. Juana recién despierta a la vida. Por eso quiere desprenderse de sus recuerdos infantiles. Se ha hecho mujer entre nosotros. No sabe qué hacer con sus nuevos sentimientos y su belleza.
JOSÉ- No te conocía esas dotes de psicólogo o de gitano. ¿Puedes adivinar mi suerte?
JULIÁN- ¡Basta! Nada te hice para que me ofendas con tus burlas.
ÁNGELA- Que retorne la calma. Tenemos mucho para decirnos pero, no ahora.
FELIPE- ¡Bien, Ángela! ¡Qué sería de nosotros sin tu cordura, tu sentido común, tu tolerancia! Gracias.
JUANA- ¿En qué estábamos?
FELIPE- Buscando trajes para la próxima escena. Eso creo.
ÁNGELA- Tenemos que continuar el argumento. Julián, ¿por qué callas? Tú eres bueno en los parlamentos. ¡Vamos!
JULIÁN- Pensaba en ti y en Juana.
ÁNGELA- Sé lo que piensas. Pero, ahora, ¡a trabajar!
FELIPE- ¡Esa es Ángela¡ La que domina las situaciones límite, la que se sobrepone siempre.
JOSÉ- ¿Cómo seguimos? Ayúdame Julián. No se me ocurre nada.
JUANA- A mí, tampoco.
JULIÁN- En la escena anterior, habíamos hecho una especie de “teatro psicológico”. Hablábamos de los fantasmas que nos persiguen, excepto Felipe.
FELIPE- Yo trataba de que ahuyentaran los fantasmas. Les proponía el enfrentamiento con la realidad. Ahí quedamos.
ÁNGELA- Sigamos desarrollando ese juego dialéctico entre realidad y ficción.
JUANA- Sigamos con lo mismo
JOSÉ- ¿Qué quieres decir? ¿Qué sigamos representándonos a nosotros mismos?
JUANA- Sí, es lo que necesitamos.
ÁNGELA- Juana dice bien, necesitamos descubrirnos, saber quiénes somos…
JULIÁN- (interrumpiéndola) Y enfrentarnos a nosotros mismos, como dice Felipe.
FELIPE- Espero que hables en serio, que no uses ironías.
JULIÁN- Ya no habrá ironías. En la próxima escena, surgirá la verdad.
JUANA- ¿Qué verdad?
JULIÁN- Nuestra verdad, Juana. Y la verdad de Ángela y de Felipe y de José.
ÁNGELA- Ya es hora.
JUANA- ¿De qué hora hablas? ¿Salir a escena? ¿Sin ensayar? ¡Tú, tan profesional!
ÁNGELA- Esta escena ya está ensayada, la llevamos dentro, nos sabemos los parlamentos, cada uno tiene el suyo. Tranquila, Juana. Entraremos a tu casa.
Juana mira absorta a Ángela. José le hace un guiño. Felipe y Julián se abrazan.
JULIÁN- Vamos, nos espera el escenario



Escena V

Personajes: ESCENÓGRAFO, DIRECTOR, ACTORES, AUTOR.

ESCENÓGRAFO-(se dirige al Director) ¿Qué quieres que haga?
DIRECTOR- Que observes y saques conclusiones.
ESCENÓGRAFO-Pero, ¿Qué van a representar?, ¿Cuál es el argumento? ¿Dónde se desarrolla la acción?
DIRECTOR- Contéstate tú mismo cuando veas el ensayo (dirigiéndose a los Actores). Pueden empezar.
JULIÁN- El escenógrafo es innecesario. Estamos representando la vida.
AUTOR- ¿Cómo dices? ¿Felipe te convenció? Ya era hora.
JULIÁN- Algo de eso. Amo a Juana. Vamos a vivir normalmente. Ella me ama.
ÁNGELA- ¿Qué dices; Julián? ¿Y yo?
JULIÁN- Tú estás enamorada de Felipe, veo cómo se miran, veo cómo tiemblan cuando se abrazan en una escena. Querida Ángela, no nos reprochemos nada, miremos nuestras realidades, así es la verdadera vida.
FELIPE- Cierto, Ángela. La ficción nos bajó un telón. Vivimos actuando, no examinamos nuestros sentimientos auténticos. Tú sabes que ambos nos amamos, lo siento cuando nuestras manos se rozan o nuestras miradas se cruzan.
AUTOR- Veo que aprendieron a buscar la Verdad.
FELIPE- Tú tienes que ver en esto, querido Autor.
JOSÉ-(aparece con una valija) Eh aquí mi escenografía.(levanta su equipaje en alto). Vuelvo a mi casa, con Ana, mi mujer y con mis pequeños hijos…
DIRECTOR- ¿Qué argumento raro? (se dirige al Autor).¿Tú lo ordenaste así?
AUTOR- No sé nada. No me consultaron. Han estado concentrados como monjes…Algo han encontrado.
DIRECTOR-Ángela, apelo a tu sensatez: Explícame.
ÁNGELA- Querido Director. Este acto se termina, estamos en la escena final. El telón caerá y no oiremos aplausos. Hemos hurgado en el sentido de nuestras vidas. Aquí, en el escenario, acabamos de llegar al fondo de nuestra alma, ¡y la encontramos viva! Descubrimos nuestra capacidad de amar a seres humanos reales.
DIRECTOR-(llorando) ¡Me abandonan! ¡Me abandonan!
JOSÉ- No, Director, tú, también necesitas bajar el telón. Ven a mi casa. Ana, mi mujer, tiene espacio para ti. Es una casa amplia, frente a la playa, tiene jardín y árboles frondosos. Podrás descansar.
FELIPE- Y luego, buscarás a tu familia. Tu esposa y tus hijos te esperan.
JUANA- Necesitamos un baño de vida, reencontrarnos con nosotros mismos. Representarnos en el gran escenario…
JULIÁN- Vamos, Juana.
JUANA- Espera, todavía no, necesito pensar
FELIPE- El amor no piensa, Juanita, simplemente, ama.
ÁNGELA-(toma a Felipe por el brazo). Marchemos.
FELIPE- No, Ángela, en esta escena estamos todos.
DIRECTOR- ¿Qué locura es esta?. Más que un ensayo, parece realidad.
ÁNGELA- Es realidad.
AUTOR- ¿Y cómo sigue?
FELIPE- ¿Quién lo sabe? Somos actores, amamos nuestra profesión, vibramos en cada personaje…Pero, ahora estamos vacíos…
JULIÁN- Porque nos hemos olvidado de vivir, de representar al personaje principal, el que está en cada uno de nosotros.
JOSÉ- Director, aprendimos contigo, es todo lo que sabemos hacer. Nos enseñaste a recibir aplausos. El telón puede volver a levantarse.
ÁNGELA- Este escenario vacío, sin coreografía, puede volver a brillar, el Escenográfo es bueno…
JULIÁN- Pero, también tiene que repensarse, volver a ser aquel coreógrafo que deslumbraba al público.
JUANA- Y nos inundaba de luz, y todo estaba en su lugar en cada escena.
ESCENÓGRAFO- Les asiste razón, me siento poco creativo. No soy Actor, ni Autor, ni Director. No puedo hablar como vosotros, son mis manos las que hablan, ahora están calladas… No puedo colgar ángeles de hilos invisibles, ni limpiar la barba de Dios. Mis manos están cansadas y calladas…
AUTOR- No pueden terminar con mis sueños. Soy la Palabra. Les he mostrado caminos. Los he recreado. Quise una Vida nueva para ustedes. Que encarnaran el personaje de la dignidad humana. No me han entendido, no han tenido oídos para la voz que sale de mi corazón.( se retira al último rincón del escenario a llorar, transpira, se araña el rostro hasta sangrar)
FELIPE- ¡Enloqueció! ¡Ayudémoslo!
JULIÁN-(acercándose al Autor) ¡Qué pasa! Tranquilo. (intenta abrazarlo pero el Autor se pierde entre los pasillos. Julián lo sigue)
ÁNGELA- ¡Está sangrando! ¡Juana, trae desinfectante y gasas del botiquín!
FELIPE- ¡Voy por él!
JOSÉ- ¡Corre! Tengo un feo presentimiento.
Se oye un estampido como si viniera del sótano, todos se miran.
DIRECTOR- Seguramente el Autor está probando los fuegos artificiales que sobraron el fin de año pasado.
JUANA- Puede ser una explosión del gas, la cañería va por el sótano.
ÁNGELA- No, Juana. ¿Y tú, Director? ¿Crees que el Autor tiene ánimo para hacer bromas? ¡No seas inhumano! ¡Maldito! ¡Es tu culpa! ¡Nunca lo entendiste! ¡Lo dejaste solo! ¡Lo maltrataste, te burlaste de sus ideas!
JOSÉ- Nosotros, también somos culpables, matamos sus sueños. Tengo el corazón oprimido. ¡Maldita vida! ¡Maldita ficción! ¡Hemos matado al Autor!
Ángela y Juana sollozan, abrazadas
Entran Felipe y Julián.
JULIÁN- Ya lo imaginan.
FELIPE- Su rostro está sereno.
Baja el telón

ACTO TERCERO - LA ÚLTIMA ESCENA

Escena I

Personajes: TODOS

Se oye una voz en off. Relata la escena de tanto en tanto para explicar y fundamentar las acciones, mientras, el público mira los movimientos de los actores en el escenario: En el centro, está el Autor. Lo colocan sobre una plataforma. No quisieron encerrarlo en un féretro. Las mujeres perfumaron el cuerpo desnudo y herido del Autor, luego lo envolvieron en un lienzo muy blanco. José le colocó la corona de olivos. El rostro del Autor luce plácido. Ángela y Juana confeccionaron guirnaldas de rosas y lirios que recogieron en los jardines de la ciudad. Las guirnaldas formaron una escenografía singular que da vida al viejo escenario. El Escenógrafo lo inundó todo con un arco iris de luces Los hombres llevaban un crespón negro en sus solapas. El Director apareció con un traje rojo, su mirada era tan extraña que producía escalofrío. No habló durante la escena, se mantuvo erguido y con la mirada recorría cada rostro.
Ángela y Juana se vistieron de novias y adornaron su pelo con azahares.
Todo esto transcurrió en silencio, solamente se sentían los pasos y el perfume.
Todos los habitantes de la ciudad están invitados para la Escena Final. El teatro se llenó y gran parte de público cubre la plaza y las calles. Todos portan flores frescas en sus manos.
El Escenógrafo colocó amplificadores para que las voces de los Actores se escucharan en toda la ciudad.
Se levantó el telón, la voz en off se apagó y el público aplaudió de pie.
ÁNGELA- Oh, ironía. Este era mi sueño: un gran público aplaudiendo de pie.
FELIPE- Deja, Ángela. Estamos en un homenaje a nuestro Autor. Que nuestras palabras y nuestros actos sean dedicados a él.
JUANA- El Autor nos habló del amor, nos dijo cómo se ama.
JULIÁN- Sus personajes, los que encarnamos nosotros, estaban llenos de dignidad.
JOSÉ- Ahora, tomo conciencia que representé la tolerancia y el respeto.
FELIPE- Y yo, la valentía.
ÁNGELA- Grande era la sabiduría de nuestro Autor. Pero, no lo entendimos.
ESCENÓGRAFO- El Director, ese Director (señala con firmeza), lo enloqueció, lo injurió, le mintió, lo desmintió en nuestra presencia. Ninguno de nosotros tuvo fuerza para defenderlo. Siempre callamos, yo callé.
JOSÉ- Nosotros, también. Callamos por ignorancia, por inconsciencia y por cobardía.
JULIÁN- Querido Autor, nuestro mejor homenaje es demostrarte que aprendimos a amar. José, tú nos unirás en matrimonio a Juana y a mí.
Aquí, en su presencia.
FELIPE- Que la muerte del Autor no sea en vano. Celebremos la vida nueva. Ángela ¿quieres ser mi esposa?
ÁNGELA- Ay! Felipe, ¿qué más le puedo pedir a la vida?
FELIPE- José nos unirá en matrimonio como lo hará con Juana y Julián.
En un aparte, Felipe le dice al Escenógrafo que traiga anillos de boda.
Mientras tanto, se disponen a recitar viejos versos de amor de los juglares medievales que van adaptando a la situación de la Escena Final
ÁNGELA- Mi alma canta a la vida, a mi amado que está en mi portal.
FELIPE- Entrégame tu alma y tu cuerpo, unidos por siempre estarán.
JULIÁN- Todo mi ser se estremece de gozo, porque te miro, Juana, mi amor.
JUANA- Oh, amado mío, mi corazón salta, mi cuerpo vibra, mis cabellos esperan tus manos.
Se toman las manos, en ronda, danzan alrededor del Autor. El público aplaude y canta.
El Escenógrafo entrega los anillos a José.
La danza termina. Los novios se juntan, se toman las manos
.
JOSÉ- (dirigiéndose a Ángela y a Felipe) En nombre del amor universal, les digo que son marido y mujer. Ámense como el Autor les enseñó. Estos anillos les recordarán cada día lo que hoy sienten.
(se dirige a Juana y a Julián) Colóquense estos anillos como símbolo del sentimiento que los une. Julián, cuídala y hazla crecer, es tu mujer. Juana, alivia su cansancio, besa su frente en los días de agobio, es tu marido.
El público vuelve a aplaudir y canta el Avemaría.
JULIÁN- La muerte del Autor es nuestro dolor y nuestra fuerza.
ÁNGELA- ¡Qué viva el Autor en nuestros corazones!
JUANA- Siempre, en nuestras vidas y en la vida de nuestros hijos.
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El telón baja lentamente, los actores se inclinan ante el público, los aplausos continúan. El telón baja definitivamente y produce el silencio final. El Escenógrafo rompe ese silencio con la sinfonía cuarenta de Mozart que inunda la sala. El telón permanece bajo. El público escucha, luego, prorrumpe en un aplauso inmenso, interminable.

Aurora Martino

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