martes, 11 de marzo de 2008

Pintores uruguayos: Ignacio Iturria

Sillón cordillera
Ignacio Iturria: la elaboración de la memoria
Ignacio Iturria (Montevideo, Uruguay, 1949) es uno de los pilares más sólidos del arte vanguardista de las últimas décadas. En su obra, Iturria va dando pautas no usuales en el tratamiento de la materia y el espacio. Parece existir siempre la intención de proyectarse desde y hacia dentro. Lo material suele aparecer ligero, flotante, aéreo; la lectura de lo mostrado tiende a estimular lo íntimo o poético de cada pieza que nos mira aferrada a su propio y complejo espacio. Las esencias parten de la propia materia vital y adoptan estructuras construidas a partir de la atmósfera que las genera.
Iturria trabaja un proceso temporal de múltiples elementos cuyo eje central son formas simbólicas que tienen vida inherente en su propia esencia matérica. No se trata, a mi juicio, de oprimir lo creado al tiempo absoluto sino de dejarlo dentro de su misma evolución creativa.
El cordero, Noche feliz y Más allá volando son obras que comparten puntos surrealistas, sobre todo con Paul Delvauy (simplemente en lo poético-pictórico, más que en lo conceptual de su significado), en el impenetrable ensimismamiento roturado de indiferencia, convirtiendo estas piezas en realidades inalcanzables que mantienen el enigma como esencia significativa. Pero tal vez lo fundamental sea el proceso constante de configuraciones que admite en el rigor de su lógica la sorpresa y en la composición prevé la irrupción de lo turbador e intelectual dentro de cada atmósfera plástica. De los trabajos de Iturria se puede decir que no pertenecen al minimalismo, a pesar de su patente preferencia por las figuras elementales (rostros inconclusos, cuerpos sin identificar); no forman parte tampoco del programa conceptualista, aun cuando el concepto - y quizá la filosofía misma, o más bien el pensamiento cenceptualista moderno - desempeñe en ellas un papel fundamental; no constituyen necesariamente instalaciones, aunque muchas veces adopten esa forma; no se trata de representaciones teatrales ni de requisitos para performances, aun cuando a Iturria no se deban propuestas diversas en ese ámbito y a pesar de la cuidadosa puesta en escena en la que se despliega cada una de sus piezas; y, en fin, no se adscriben al universo conceptual, aun cuando todas esas atmósferas que la envuelven (y aunque el propio artista, bajo su crítica inteligencia, las revista de modo genealógico) puedan remitir sin dificultad a cierta sensibilidad kitsch, irónicamente ubicada entre lo alucinatorio y lo sublime.
Se agita y se mezcla al puño que lo apretaría, un destino y los vientos; ser otro. Espíritu para lanzarlo en la tempestad; refleja su división y pasa altivo separado del secreto que detenta. Estas líneas de Mallarmé se refieren a la nostalgia de un destino, de un tiempo mítico. Se explica, por tanto, el enfático hermetismo que domina todas y cada una de las obras de Iturria. Más que los ecos desviados de los límites entre magia y fantasía, lo que en el arte de Iturria resuena con ironía es aquello que el pensamiento, quizá no del todo, ha decidido dejar atrás: cierta experiencia de perplejidad elemental, cierta voluntad de unicidad absoluta, de potencia estética incuestionable, cierto resplandor silencioso, desafiante, desde la opacidad de los objetos, o cierta pureza básica, como la que sólo imaginamos en la nada, como la de cualquiera de esas mesas con cabezas que están aún fatalmente indefinidas, enigmáticamente contradictorias, con las que Iturria nos sigue interrogando. Iturria, que es, con todo, un caso excepcional en América Latina, ha transitado con éxito los caminos vanguardistas del arte (no importa repetirlo varias veces), lo ha hecho porque pesee una visión del mundo ligada a determinadas proyecciones y pulsiones estéticas, y porque su lenguaje poético-pictórico está en él trabajado por un sentido de la invención que no es lúdica sino "trágica", y que se desvía, por tanto, de las estrategias del ingenio. La pintura se vuelve lenguaje, se concreta en las atmósferas y se articula. Sinónimo inamovible. Traducción irreemplazable. Universo inseparable: el que pinta y el que observa. Esta concepción literaria se plasma en la construcción, pero no necesariamente con claridad y soltura. Lo sorprendente de su obra son los múltiples temas que abarca: interiores domésticos, trenes, barcos, retratos diminutos, referencias propias y animales. El universo se convierte en almacén vasto de cosas heterogéneas. Es decir, cada objeto se forma y se transforma en diversas imágenes: él mismo es ritmo perpetuo. El sesgo plástico es siempre irónico, pero al mismo tiempo desencantado y anhelante. La pintura es distinta, metamorfosis, operación alquímica. Sueño inverso y simultáneo, memoria y juego que sugiere formas. Estupefacción, sorpresa, aparición, que se abren tras cada mirada sobre la obra de Ignacio Iturria. Mi asombro es caída y ascensión; temor y sospecha. Movimiento contrario. Estas interpretaciones se van transformando ante el empleo de una paleta que sugiere movimientos contrarios: diálogo aparente, signo y tiempo, juego de la memoria. La ambivalencia de los cuadros de Iturria provocan arte, objetos únicos, imágenes que podemos transformar, traducir, invocar. Es verdad, nuestra mirada se descubre ante signos lingüísticos, síntomas de lo moderno y lo antiguo. Desconozco el mito de la modernidad. Pero estoy cierto de que el arte es desplazamiento de valores más allá de su forma durable. Concepto intercambiable: transformación crítica y mágica. Hay un principio estético que lo genera todo y su reflejo se repite en cada obra de Ignacio Iturria Ese fundamento se convierte en significados vacíos y silentes en los que la tela impoluta pasa a ser mero soporte de determinados contenidos a transformarse en espacios de emoción, graías a líneas que, desde atrás, abomban la tela. Estos trazos, que se presentan como invisibles vértices geométricos, provocan una combinación de figuras o, mejor, unos caminos de luz sobre la superficie de la obra que, como consecuencia de este proceso, se convierten en auténticos acontecimientos pictóricos.
Miguel Ángel Muñoz


IGNACIO ITURRIA
Nace en Montevideo, Uruguay, en 1949. Creció en la capital uruguaya y estudio arte comercial y diseño gráfico allí antes de dedicarse por completo a la pintura y las bellas artes. Las raíces familiares de Iturria se remontan a la región vasca en España. Durante la década de los 80 él y su familia vivieron varios años en un pueblo sobre la costa mediterránea cercano a Barcelona, pero inevitablemente regreso a su tierra. Entre sus muestras de distinguen: 1983 Participa en la Bienal de Salto, Uruguay Galería Sa Llumenera, Cadaqués, España. ARCO, Madrid, España. 1984 Galería Manzione, Punta del Este, Uruguay. Praxis Arte Internacional, Buenos Aires, Argentina. Feria Internacional de Frankfurt, Alemania. 1985 Praxis Arte Internacional, Mar del Plata, Argentina. Primer Encuentro de Pintores Latinoamericanos, Praxis Arte Internacional, Buenos Aires, Argentina. Galería Sa Llumenera, Cadaqués, España. 1986 Muestra de obras sobre papel, Maison de la Culture, Montreal, Canadá. Feria Internacional de Osaka, Japón. Praxis Arte Internacional, Buenos Aires, Argentina. Galería Latina, Montevideo, Uruguay. 1987 Bienal de Cuenca de Pintura Latinoamericana, Ecuador. Club del Lago, Uruguay. Praxis Arte Internacional, Lima, Perú. 1988 Pintura del Río de la Plata, Museo Municipal de Miraflores, Lima, Perú. Praxis Arte Internacional, Buenos Aires, Argentina. 1989 Premiado por Fund for Artists Colonies, New York, USA. Muestra con Luis Solari Y Juan Storm, Uruguay, Park Gallery, Fort Lauderdarle, Florida, USA. La Galería, Quito, Ecuador. Muestra con Clever Lara y Nelson Ramos, Uruguayan U.S. Cultural Institute, USA. "100 Years of Uruguayan Art by 7 Artists", Venezuelan Art Center, New York, USA. Premiado por la Asociación de Críticos de Arte del uruguay. 1990 Muestra colectiva, Übersee-Museum, Bremen, Alemania. Praxis Arte Internacional, Buenos Aires, Argentina. Museo José Luís Cuevas, México. (Incorpora una obra para su colección). 1991 "Contemporary Uruguayan Paintings", Mérida, Cáceres y Burgos, España. Art Chicago 91, con Praxis Arte Internacional, USA. "Tres Artistas Latinoamericanos" junto a Ricardo Migliorisi y Leoncio Villanueva, Praxis Arte Internacional, Lima, Perú. "Contemporary Paintings and Drawings from Argentina, Uruguay and Brazil". Northhampton Center for the Arts, Mass., USA. "Chicano & Latino: Parallels and Divergence", Galería Daniel Saxon, Los Angeles, USA. y Galería Kimberly, Washington, DC, USA. V Bienal de La Habana, muestra individual, Cuba. Museo de Bellas Artes de Caracas, Venezuela. (Incorpora una obra para su colección). 1992 ARCO 92, muestra individual, con Praxis Arte Internacional, Madrid, España. Art Miami 92 International Art Fair, con Praxis Arte Internacional, USA. Feria de Anticuarios, Alvear Palace Hotel, Buenos Aires, Argentina. Salón de Conferencias de Casa de Gobierno, Buenos Aires, Argentina. FIA 92, con Praxis Arte Internacional, Caracas, Venezuela. ARTFI, con Praxis Arte Internacional, Bogotá, Colombia. Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber, Caracas, Venezuela (Incorpora una obra para su colección). 1993 Muestra individual, Museo de Arte de Las Américas, Washington DC, USA Art Miami 93, con Praxis Arte Internacional, USA. Premio al Artista Extranjero, LXXXII Salón Nacional de Artes Plásticas, Argentina.1994 ARCO 94, con Praxis Arte Intenacional, Madrid, España. Art Miami 94, con Praxis Arte Internacional, USA. Feria de Anticuarios, Plaza Hotel, Argentina. Muestra individual, Museo José Luis Cuevas, México. Ganador del Gran Premio de la Bienal de Cuenca, Ecuador. "Adquisiciones recientes", colectiva en el Museo Sofía Imber, Caracas, Venezuela 1995 XLVI Bienal de Venecia, único representante de Uruguay. Ganador del Premio Especial "Casa di Risparmio". 1996 "Inside the Work of Saint Clair Cemin, Joel Otterson, Ignacio Iturria and Others", California Center for the Arts Museum, Escondido, California, USA. North Dakota Museum of Art, muestra individual, USA. Centro Cultural "Plug In", Muestra individual, Winnipeg, Canadá. "América Latina 96", colectiva, MNBA, Argentina. 1997 "Los Festivales de Lima", colectiva, Lima, Perú. VIII Bienal de la Habana, muestra individual, Cuba. Museo de Arte de las Américas, muestra individual, San Juan, Puerto Rico. Ilustración de la obra "El Pozo" de Juan Carlos Onetti, Proyecto UNESCO y Fondo de Cultura Económica, "Periolibros", México. Ganador del Gran Premio de la XII Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, Puerto Rico. Museo de Arte Moderno de Bogotá, muestra individual, Colombia. "Colección permanente del Museo de la OEA", colectiva, USA. Museum of Latin American Art, Long Beach, California, USA. "The First Etchings", individual de grabados, Praxis International Art, New York, USA. Museo de Arte Contemporáneo de Montevideo, Uruguay. (Incorpora una obra a su colección). 1998 Museo Nacional de Bellas Artes, muestra individual, Buenos Aires, Argentina. Museo Rufino Tamayo, muestra individual, México. 1999 Museo de Monterrey, muestra individual, México. "La soledad del Juego", muestra individual, Fundación Telefónica, Museo de Bellas Artes de Valencia, España. 2000 Invitado Especial de la IX Feria Iberoamericana de Arte, Caracas, Venezuela. Marlborough Gallery, muestra individual, New York, USA. 2001 "Homenaje a Ignacio Iturria", muestra individual en el Museo de San Juan, Puerto Rico. Invitado especial a la Bienal Internacional del Grabado Latinoamericano y del Caribe, San Juan, Puerto Rico. Muestra colectiva "El Final del Eclipse", Fundación Telefónica, Madrid, Granada y Badajoz, España. 2002 Muestra individual, Galería Triganon, Paris, Francia.Participa regularmente en las siguientes ferias: ARCO Madrid, Art Chicago, Art Miami, FIAC Paris, FIA Caracas y ARTEBA, Buenos Aires.

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