Uruguay lanza temporada de avistaje de ballenas
Uruguay lanzó este jueves la temporada de avistaje de ballenas, con una postura conservacionista y de turismo responsable, para captar un creciente mercado de turistas internacionales interesados en observar cetáceos.
Uruguay viene desarrollando desde 2002 el turismo de avistaje de la ballena franca, que en esta época se acerca a la costa Atlántica uruguaya de los departamentos de Maldonado y Rocha (sureste), y desde hace tres temporadas la Organización para la Conservación de Cetáceos (OCC) lo hace en conjunto con el gobierno.
"Aparece la manila (majuga), florecen las acacias y llegan las ballenas", reza un dicho de los pescadores de Rocha, que esta campaña de turismo responsable y sostenible hace propia para el lanzamiento de la temporada.
Rodrigo García, responsable de la OCC, dijo durante el lanzamiento, que se realiza en Montevideo y Punta del Este, principal balneario uruguayo 140 km al este de la capital, que "muchas veces las ballenas vienen a nosotros y no nosotros a ellas. Este es el caso de la ballena franca" austral, que es la especie que se aprecia en las costas uruguayas.
"La ballena franca es una especie costera", añadió García, quien dijo que "hay que saber buscarlas" y encontrar los lugares apropiados para observarlas, aunque es fácil verlas a unos 50 metros de la costa.
Uruguay ha desarrollado una Ruta de la Ballena Franca que "comprende un circuito costero interpretativo y turístico, a través de diversos sitios estratégicos, para la búsqueda y avistaje de la ballena franca austral", señala la OCC.
La ruta comprende 9 plataformas, los faros de José Ignacio (17 km al este de Montevideo), La Paloma (210 km al este) y Cabo Polonio (250 km al este), así como elevaciones naturales estratégicas, como el Cerro de San Antonio en Piriápolis (100 km al este) y La Pedrera (220 km al este).
El circuito "incluye servicios calificados avalados por el gobierno y la OCC, en responsabilidad empresarial y calidad ambiental", indicó García.
La ruta está incluida en el acuerdo alcanzado entre la OCC, el Ministerio de Turismo y las Intendencias de Maldonado y Rocha, que tiene como objetivo "el desarrollo del turismo de avistaje responsable y de alta calidad", así como "la conservación de cetáceos y otras especies marinas", explicó.
El desarrollo del turismo de avistaje promueve buenas prácticas ambientales de parte de "empresas sostenibles", con un buen manejo de los recursos, como la gestión del agua, el consumo de energía, el manejo de los residuos, las emisiones, el manejo responsable de las áreas verdes, los suelos y control de la erosión, que están reunidas en un 'Manual de buenas prácticas', señaló García.
El objetivo es lograr los "beneficios fundamentales del turismo sostenible, con una mejora de "la calidad de vida de las poblaciones anfitrionas, brindar al visitante una experiencia de alta calidad y conservar la calidad natural de la que depende la actividad turística: poblaciones locales, visitantes y empresas", añadió.
El turismo de avistaje genera ingresos por más de 1.000 millones de dólares anuales con más de 10 millones de turistas a nivel mundial, según datos de la IFAW (Fondo Internacional para la Protección Animal y su Habitat).
Esta modalidad de turismo surge como alternativa conservacionista y rentable para combatir la caza de ballenas.
Uruguay reingresó este año a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) tras 22 años de ausencia, para unirse al bloque conservacionista de esa organización mundial, en oposición a Japón, que lidera el grupo de países a favor de un levantamiento de la moratoria de la caza de cetáceos.
Noticia de AFP
Uruguay lanzó este jueves la temporada de avistaje de ballenas, con una postura conservacionista y de turismo responsable, para captar un creciente mercado de turistas internacionales interesados en observar cetáceos.
Uruguay viene desarrollando desde 2002 el turismo de avistaje de la ballena franca, que en esta época se acerca a la costa Atlántica uruguaya de los departamentos de Maldonado y Rocha (sureste), y desde hace tres temporadas la Organización para la Conservación de Cetáceos (OCC) lo hace en conjunto con el gobierno.
"Aparece la manila (majuga), florecen las acacias y llegan las ballenas", reza un dicho de los pescadores de Rocha, que esta campaña de turismo responsable y sostenible hace propia para el lanzamiento de la temporada.
Rodrigo García, responsable de la OCC, dijo durante el lanzamiento, que se realiza en Montevideo y Punta del Este, principal balneario uruguayo 140 km al este de la capital, que "muchas veces las ballenas vienen a nosotros y no nosotros a ellas. Este es el caso de la ballena franca" austral, que es la especie que se aprecia en las costas uruguayas.
"La ballena franca es una especie costera", añadió García, quien dijo que "hay que saber buscarlas" y encontrar los lugares apropiados para observarlas, aunque es fácil verlas a unos 50 metros de la costa.
Uruguay ha desarrollado una Ruta de la Ballena Franca que "comprende un circuito costero interpretativo y turístico, a través de diversos sitios estratégicos, para la búsqueda y avistaje de la ballena franca austral", señala la OCC.
La ruta comprende 9 plataformas, los faros de José Ignacio (17 km al este de Montevideo), La Paloma (210 km al este) y Cabo Polonio (250 km al este), así como elevaciones naturales estratégicas, como el Cerro de San Antonio en Piriápolis (100 km al este) y La Pedrera (220 km al este).
El circuito "incluye servicios calificados avalados por el gobierno y la OCC, en responsabilidad empresarial y calidad ambiental", indicó García.
La ruta está incluida en el acuerdo alcanzado entre la OCC, el Ministerio de Turismo y las Intendencias de Maldonado y Rocha, que tiene como objetivo "el desarrollo del turismo de avistaje responsable y de alta calidad", así como "la conservación de cetáceos y otras especies marinas", explicó.
El desarrollo del turismo de avistaje promueve buenas prácticas ambientales de parte de "empresas sostenibles", con un buen manejo de los recursos, como la gestión del agua, el consumo de energía, el manejo de los residuos, las emisiones, el manejo responsable de las áreas verdes, los suelos y control de la erosión, que están reunidas en un 'Manual de buenas prácticas', señaló García.
El objetivo es lograr los "beneficios fundamentales del turismo sostenible, con una mejora de "la calidad de vida de las poblaciones anfitrionas, brindar al visitante una experiencia de alta calidad y conservar la calidad natural de la que depende la actividad turística: poblaciones locales, visitantes y empresas", añadió.
El turismo de avistaje genera ingresos por más de 1.000 millones de dólares anuales con más de 10 millones de turistas a nivel mundial, según datos de la IFAW (Fondo Internacional para la Protección Animal y su Habitat).
Esta modalidad de turismo surge como alternativa conservacionista y rentable para combatir la caza de ballenas.
Uruguay reingresó este año a la Comisión Ballenera Internacional (CBI) tras 22 años de ausencia, para unirse al bloque conservacionista de esa organización mundial, en oposición a Japón, que lidera el grupo de países a favor de un levantamiento de la moratoria de la caza de cetáceos.
Noticia de AFP
No hay comentarios:
Publicar un comentario