jueves, 28 de agosto de 2008

Dr.Tabaré Vázquez, Presidente uruguayo, visita Israel. Repercusiones





Uruguay no tiene miedo
La llegada del presidente del Uruguay, Dr. Tabaré Vázquez, a Israel, encabezando una delegación que incluye ministros, el secretario de la Presidencia, altos funcionarios y dirigentes empresariales, tiene un significado que va mucho más allá del asunto puramente protocolar.
Es cierto que últimamente recibimos con los honores correspondientes a los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush; Francia, Nicolas Sarcozy, y a la canciller de Alemania, Angela Merkel, cuyo peso en el manejo de la política internacional es indiscutible.
Precisamente por eso, la llegada del presidente uruguayo cobra mayor relieve. Cada potencia puede hacer lo que quiere y lo mismo su líder. En cambio para un pequeño país como el Uruguay, es algo más complicado. Mucho más fácil es decir que las circunstancias, el conflicto en el Medio Oriente, las presiones económicas que pueden ejercer los productores de petróleo y otros argumentos, impiden la concreción de un viaje de este tipo.
Nadando contra la corriente, como lo hizo desde el inicio del debate en las Naciones Unidas
cuando se trató el tema de la partición de Palestina, pasando por la votación del 29 de noviembre de 1947, Uruguay se puso del lado de Israel. Este viaje es un paso más en esa relación con el pueblo judío, al que abrió las puertas cuando tuvo que huir de las persecuciones en Europa, mientras otros las cerraron condenando a muchos al sufrimiento y la muerte.
El ejemplo de aquellos momentos, tan difíciles para los refugiados, se reitera en estos días. Uruguay abre el camino al acercamiento de otros países; las relaciones con Israel no son a cuenta ni quitan nada de las que cada Gobierno mantiene aun con los que preferirían ver, si no provocar por su propia mano, la desaparición del Estado Judío.
Para los líderes del eje del terror, el mensaje que se transmite es también claro: Israel tiene un lugar entre las naciones y nosotros haremos lo que está a nuestro alcance para que eso no cambie.
La presencia del Dr. Tabaré Vázquez destaca otro aspecto que no puede quedar de lado. Cuando la agrupación política que encabeza, el Frente Amplio, de marcada tendencia de izquierda, ganó las últimas elecciones en Uruguay, hubo quienes abrieron un signo de interrogación acerca de lo que sucedería en materia de relaciones con Israel y el pueblo judío, representado allí por la comunidad que integran decenas de miles de personas.
En los hechos, las relaciones se estrecharon, delegaciones viajan en los dos sentidos y están en marcha algunos proyectos de cooperación de suma importancia.
El punto alto en las relaciones económicas, lo dio el Tratado de Libre Comercio firmado entre Mercosur (el mercado común que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al que proyecta incorporarse Venezuela en el futuro más o menos cercano) e Israel, durante una ceremonia que tuvo lugar en la sede de la entidad en Montevideo. En representación de Jerusalén firmó el documento el titular de Industria y Comercio, Eli Ishai.
Este tratado fue ratificado por el Senado de Uruguay pocos días antes de concretarse el viaje del presidente Vázquez. El texto señala que entrará en vigencia en cada país por separado. Uruguay está, pues, en condiciones de usufructuarlo.
El objetivo declarado del viaje de la delegación es estrechar las relaciones comerciales y empresarias, en momentos que Uruguay busca nuevos mercados para los productos que exporta.
En la práctica se trata de una presencia cuya significación va mucho más lejos. Es una nueva ratificación del tratado de amistad no escrito entre dos pueblos, pequeños y distantes, que tienen entre sus objetivos la convivencia pacífica en un mundo que piensa en guerras. La visita del Dr. Tabaré Vázquez es un asunto personal de alto valor para tres millones de uruguayos y es un ejemplo para sus colegas que temen dar el paso de venir a Israel.
Las cálidas recepciones a la comitiva visitante por el presidente Shimon Peres, el primer ministro Ehud Olmert y los demás integrantes del Gabinete así como la de ejecutivos del sector privado, es la mejor muestra de la amistad y el reconocimiento del pueblo israelí para aquel país tan apartado geográficamente pero tan cercano por los valores democráticos que representa.
Por último, aclaro: soy y me siento uruguayo.
Artículo de José Danor, tomado de "Aurora"publicación de Israel

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