martes, 7 de agosto de 2007

Historia del Uruguay: período colonial IV; la tenencia de la tierra

La riqueza ganadera atrajo a los faeneros que venían a llevar cuero.
El ganado permanecía cerril en la mayor parte del territorio.
Poco a poco, la estancia entró a competir con la vaquería. Las vaquerías eran habitats naturales donde se concentraba mayor cantidad de vacunos. La estancia tiene dueño: el estanciero. El sistema de explotación es muy diferente: en la vaquería se caza ganado, en la estancia se amansa y sujeta a rodeo. Cada estanciero cuidaba que su rodeo se mantuviera dentro de los límites naturales de su estancia.
La fundación de Montevideo provocó la primera creación importante de estancias que se entregaron a los primeros pobladores. En el reparto de tierras, se tuvo en cuenta que todos los terrenos fueran iguales y con un tamaño discreto, que permitiera ser explotado por su dueño. Las estancias repartidas en la jurisdicción de Montevideo no eran latifundios.
Los latifundios aparecieron por otras vías: a) mercedes del rey como pago por algún favor, caso de Alzáibar por traer pobladores de las Islas Canarias; b) compra de tierras fuera de la jurisdicción de Montevideo. Gran parte del territorio dependía de la administración de Buenos Aires. Ricos comerciantes de cuero compraban extensos terrenos para asegurarse la cacería de ganado. Éstos no eran estancieros residentes en el campo, ni tenían trabajadores permanentes que lo hicieran producir.
El despoblamiento del territorio preocupaba al gobierno español ya que los portugueses aprovechaban la situación para correr la frontera. La preocupación aumentó con la nueva política económica asumida por el reformismo de los reyes Borbones. El oro y la plata como expresión del poderío económico de un Estado daba paso a otras ideas económicas. La fisiocracia sostenía que la riqueza de un Estado descansa en la explotación de sus recursos naturales. Esta tierra fértil no podía permanecer inexplotada o explotada al mínimo como ocurría con las faenas en las vaquerías.
El Arreglo de los Campos fue un plan español para repartir tierras, combatir el latifundio y poblar la campaña a fin de aumentar la productividad. Las autoridades locales le pusieron trabas por intereses propios o de terceros: los barraqueros no querían tierras con propietarios residentes en ellas, preferían el gran latifundio del cual solían ser dueños o "la tierra de nadie". Las razones son evidentes.
Hubo de venir Félix de Azara, desde España, a iniciar el fraccionamiento y reparto. Se dirigió a la frontera con Brasil, así cumplía dos objetivos: reparto de tierras y creación de una "frontera humana" que contuviera el avance portugués. Transcurría el año 1801 cuando el ilustrado Azara realizó esta tarea, lo acompañó José Artigas, el futuro Jefe de la Revolución Oriental.
Importa destacar la importancia del contacto de Artigas con Azara. Este español, Azara, tenía conocimientos de Ciencias Naturales, Política, Economía, Derecho, se lo catalogaba de "sabio naturalista".
Además de repartir tierras, Azara y Artigas fundaron pueblos y capillas en la frontera. Las capillas actuarían como centros de nucleamento humano y de desarrollo educativo y religioso.
Los habitantes de estos pueblos nuevos, al igual que los de otros preexistentes como Melo, debían portar armas para defender el Imperio Español de la expansión del Imperio Portugués sobre la banda frontera.
Después del reparto de tierras de Azara, nada más se hizo por parte de las autoridades españolas locales.
El tema de la tenencia de la tierra en manos de quienes las trabajaran será retomado por José Artigas en plena Revolución en 1815.

1 comentario:

Daiana dijo...

Me gusta todo el material que hay y lo concreto que es ademas no tiene nombres dificiles que aprenderse sobre todo cuando tengo poco tiempo para estudiar.