Los indígenas guaraníes formarían parte de la macroetnia tupí-guaraní. Seguramente, originarios del actual territorio brasileño, grupos amazónidas.
Eran cultivadores de selva. Se organizaron en aldeas, eran alfareros, tejedores y habrían trabajado algún metal. No obstante, su herramental agrícola y sus armas eran de piedra.
Abarcaron un amplio espacio que comprende territorios del sur de Brasil, Paraguay, este y nordeste argentino, parte de Bolivia y de Uruguay.
La agricultura los hizo sedentarios, sin perjuicio de desplazamientos temporarios en busca de caza, pesca y otros productos.
Cada aldea era autosuficiente e independiente de sus vecinas.
El centro de la aldea tenía una plaza: centro social, económico y religioso.
Alrededor de la plaza se disponían viviendas clánicas. Esto supone que allí habitaban varias familias nucleares emparentadas entre sí. El grupo clánico se componía de un promedio de noventa personas. El jefe del tevy (clan) ocupaba un lugar destacado en la vivienda colectiva.
No obstante, la familia constituida por matrimonio era la base social, el núcleo fundamental de las relaciones sociales. El matrimonio era monogámico; había escepciones de poligamia reservada a jefes guerreros y jefes políticos. Éstos podían tener una esposa principal y esposas secundarias. Existía el divorcio.
El conjunto de clanes que componían la aldea reconocía la autoridad de un jefe de aldea: el cacique. Las funciones del cacique eran de índole administrativo y, a veces, guerreras.
Como vemos, la organización política era típica de las culturas de aldea: un jefe clánico con varios poderes y un jefe de aldea como administrador y organizador de la comunidad.
En cuanto a la organización económica, destacamos la propiedad colectiva como base de la economía.
No existía la propiedad privada. La tierra y todo lo que ésta producía pertenecía a la comunidad aldeana. Los frutos de la agricultura, la caza o la pesca eran repartidos igualitariamente en el colectivo. El trabajo, también era comunitario: todos a sembrar toda la tierra y todos a cosechar.
Las personas tenían bienes de uso personal como vestidos, utensilios domésticos, adornos y armas.
Cada familia tenía un predio propio en medio del campo comunitario y cada ama de casa tenía su huerto personal.
Parte de los productos se reservaban para afrontar necesidades de la comunidad. Este sistema fue respetado por los misioneros jesuitas. La única diferencia es que los productos y la tierra colectiva se dividían en tres usos: familia, pueblo e Iglesia.
Los guaraníes practicaban la roza del monte. Cultivaban mandioca, algodón, maní, zapallos, porotos, batata, calabazas y yerba mate. Aunque esta última, crecía libremente en el monte por ser un árbol.
La selva aportaba productos para la recolección como ananá, guayaba, hierbas medicinales, la yerba mate, entre otros. También, era el principal lugar de caza. La pesca se hacía en los innumerables y caudalosos ríos de la Cuenca del Plata como el Paraguay, Paraná, Uruguay, Pilcomayo, así como en arroyos y cañadas.
La religiosidad guaraní era bastante "espiritualizada". Creían en un Ser Superior, creador de todo lo existente y principio originario de las acciones. Esta divinidad, Ñamandú, era invisible. omnipotente, eterno y omnipresente. Ñamandú era el responsable del orden y la armonía cósmica, así como el dador de vida. Creían en un ser maléfico, Añá, contrario a Ñamandú. Concebían a Añá como el señor de la muerte, de las enfermedades y del mal.
Tupá era un ser cercano a los hombres. Existía en la naturaleza, en el trueno pero, no lo concebían con representación material.
Creían en la inmortalidad del alma. Después de la muerte, el alma iba a la Tierra sin Mal. Este sitio era pensado como un lugar concreto, ubicado al este más allá del océano Atlántico.
El culto fúnebre era importante, practicaban el enterramiento de sus muertos en urnas o pozos en la misma casa.
Los chamanes eran guías espirituales y sociales. Le reconocían poderes sobrenaturales como la sanación, la adivinación y la intermediación con las divinidades. Le llamaban payé.
Creían en la acumulación de energía, Agujé, para llegar a la Tierra sin Mal. Esto los llevaba a la práctica de un canibalismo ritual: se suponía que comer a un gran guerrero aumentaba el Agujé porque aquél tenía mucha energía. No era la única práctica para lograr agujé. Este estado libera al hombre de sufrimientos y puede vivir sin males en esta vida, no solamente se busca agujé para la Tierra sin Mal después de la muerte.
Como podemos apreciar, la religiosidad guaraní es muy rica. Las características de este Blog nos impiden profundizar más.
Por último, queremos decir que los guaraníes que habitaron el Uruguay prehispánico furon pocos y algo marginales culturalmente de sus hermanos paraguayos o argentinos. Se ubicaron en costas e islas del río Uruguay, cultivaban a la sombra de los árboles y sufrían la hostilidad de los charrúas.
El canibalisma sufrido por Juan Díaz de Solis sería responsabilidad de guaraníes en busca de agujé.
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1 comentario:
Hola buenas noches, muy interesante su artículo sobre los guaraníes, quisiera saber la fuente para citarla en un trabajo, muchas gracias!
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