miércoles, 11 de junio de 2008

Uruguay y sus vínculos con el mundo: opinión sobre Punta del Diablo del diario Washington Post


Punta del Diablo, un "refugio" visto por el Washington Post
Balneario. "Fabulosamente remoto", dicen


Fue refugio para personas de izquierda en los `70 cuando escapaban de los regímenes militares. Luego los propios "dictadores" encontraron allí su lugar. Hoy es el sitio donde viajeros del mundo buscan anonimato y vacaciones distintas.

Así describe Punta del Diablo, un balneario conocido desde siempre puertas afuera, un artículo publicado el domingo 8 de junio en el diario estadounidense "Washington Post", firmado por el periodista Remy Scalza.

Para ubicar a Punta del Diablo, el "Washington Post", cita a Punta del Este, el balneario uruguayo más conocido en el mundo, e indica que están a sólo una hora de distancia.

En partes del artículo, Scalza se refiere a este punto turístico uruguayo sólo como "Diablo". Dice que "se siente fabulosamente remoto y sin descubrir".

Y sigue la descripción del lugar: "Un caleidoscopio de caballos de colores brillantes, tiendas y restaurantes; la villa se sitúa en una cima mirando las azules aguas del Atlántico. Calles de arena y botes de pescadores a la vista. Lo único que falta es la muchedumbre. Fiel a sus raíces, la villa se las ha arreglado para permanecer por fuera del radar".

También cita un ranking de Lonely Planet en el que se coloca a Punta del Diablo entre las 10 ciudades del mundo que deberían ser visitadas en 2008.

En el pico de diciembre a febrero 20.000 viajeros pasan cada día por el balneario.

"Todavía no hay muchos americanos, pero sí muchos europeos", dijo al diario Andrés Carrau, un uruguayo que llegó a "Diablo" ocho años atrás, dejando la vida profesional en catering en Montevideo.

RÚSTICAS. La mayoría de los visitantes del balneario elige rústicas cabañas. El artículo menciona que "incluso las cabañas más simples -que se alquilan por US$ 60 la noche- tienen cocinas completas, pisos de madera y, por su puesto, un deck para observar el océano. También están las construcciones de lujo con jacuzzis, televisores flat y parrilleros".

"El año pasado vendí dos cabañas a clientes de Islandia y ésta pertenece a un artista de Brooklyn", explicó Carrau señalando una cabaña color mandarina. El "Washington Post" estuvo en el restaurante Panes y Peces y describe el lugar en el artículo: "el patio está lleno por una mezcla de europeos, brasileños y uruguayos. Moviéndose por entre las mesas del restaurante una mujer alemana -que pasa su tiempo entre "Diablo" y las islas del Mediterráneo- toma las órdenes de los clientes".

PESCA, TRADICIÓN. "Una de las piezas del `Diablo` que ha permanecido tercamente a través del tiempo es su tradición pesquera", indica Scalza. "Hay descendientes de españoles de las tormentosas costas gallegas que siguen ganándose la vida pescando con las manos, usando redes y cuerdas", detalla el artículo."

Tomado del diario "El País" de Uruguay

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