Hacia un tránsito inteligente
Ingenieros uruguayos diseñan un semáforo con "cerebro" que da verde o roja de a acuerdo a la cantidad de autos que circulan; promete más fluidez y menos estrés.
A simple vista, nadie pensaría que un semáforo, con sus únicas tres expresiones posibles, pueda resultar un ente con ojos e inteligencia. Pero sí. La tecnología se ha encargado de ponerle "cerebro" al aparatito de tres luces y acá mismo, un grupo de investigadores del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica prepara un prototipo de controlador de semáforos que varía sus tiempos de verde de acuerdo al nivel de tráfico en los cruces.
El objetivo es claro: mayor fluidez, menos estrés del conductor y menos accidentes, sintetizó uno de los integrantes del proyecto, el ingeniero Enrique Ferreira. Parar en cada esquina suele levantar la temperatura de los choferes y con ella, suenan los bocinazos y gritos. De ahí al choque suele haber un acelerada muy corta.
La mayoría de los semáforos montevideanos funcionan con controladores de tiempo regulares, pero no toman en cuenta eventos especiales "como un partido en el estadio o las variaciones de tránsito según las horas del día", añade Ferreira. El sistema de control inteligente, en cambio, se conecta a sensores en el asfalto que cuentan los vehículos que van circulando en todos los sentidos del cruce y da paso al mayor volumen. También se puede programar para que mantenga habilitado solo un sentido y cambie a roja en el único caso de que un auto pare para cruzar la vía preferencial. "Es una computadora que puede funcionar de modo autónomo o centralizado, que es lo más común. Una central que maneja todos los cruces de la red y toma las decisiones", explica Ferreira.
En tramos de la rambla y avenida Italia se ha instalado esta tecnología, aunque importada de Europa a un costo mínimo de 4.000 dólares cada controlador. Entonces, otro objetivo de la investigación es lograr que el prototipo nacional salga más barato. Ya está pronto el hardware y los ingenieros trabajan en el software. Terminarán a fin de año, según prevén.
Los semáforos inteligentes de la rambla controlan 13 cruces entre Sarmiento y Comercio. Por allí pasan más de 4.000 horas por hora cada mañana, que es el pico. Pues el sistema está diseñado para que a esa hora se genere la "onda verde" hacia el Centro. Y lo hace en sentido contrario al atardecer.
"Estos sistemas mejoran mucho, pero tampoco son mágicos. Si la calle se afina en algún tramo y su capacidad se colma, va a ver colas. Tratamos de reducir la espera al máximo", asegura el ingeniero Daniel Perciante, integrante del proyecto de la Católica y que participó en la instalación del sistema en la rambla.
De hecho, el control inteligente se emplea en el mundo cuando no hay ninguna posibilidad de ensanche. Y en todos los casos es siempre el primer paso porque la tecnología es más barata que la obra vial.
"Una de las estrategias que se emplea en el mundo es fomentar el transporte colectivo", Y ello se puede hacer con los sistemas inteligentes. En Lyon (Francia), el controlador de semáforos detecta cuando viene un ómnibus y le da luz verde para que haga el trayecto más rápidamente. Lo mismo se hace con la policía, bomberos y ambulancias.
Los investigadores de la Universidad Católica tienen el apoyo de la Intendencia y de la empresa Saccem. Es decir que ambos evaluaran el prototipo de controlador y eventualmente podría transformarse en un producto comercializable. "Ahora estamos en la fase 1, que es desarrollar el prototipo. Si mañana viene una empresa y se interesa, vendrá otra etapa”
Por obvias razones, los controladores de este tipo deben seguir normas internacionales de calidad y seguridad. Un error puede ser fatal. "Este equipo tiene un montón de chequeos de seguridad: no pueden prenderse dos verdes contradictorias, avisa cuando se quema una de las luces y en caso de fallas, se pone automáticamente en modo de seguridad, que es la luz amarilla intermitente", explica Mijail Gerschuni, estudiante que trabaja en el prototipo.
Pero el principal desafío de esta tecnología es la integración. Si uno corrige solo los errores de una esquina, puede perjudicar la siguiente. "Hay que mirar desde arriba y cuanto más cruces estén controlados, mejores resultados", opina Perciante.
También se trabaja con simuladores de tráfico, que son programas informáticos capaces de reproducir las condiciones de tráfico de toda la ciudad.
El dato
El semáforo made in Uruguay
El proyecto de desarrollo de un controlador de semáforos con tecnología nacional es financiado por el PDT y su responsable es el ingeniero Enrique Ferreira.
También participan Daniel Perciante, Matías Miguez, Alfredo Arnaud y los estudiantes Mijail Gerschuni y Agustín Derregibus. Terminarán a fin de año.
La rambla versus la Giannatasio
Si la avenida Giannatasio, en Canelones, tuviera sus semáforos coordinados con un sistema inteligente, el viaje de El Pinar al puente Carrasco se haría en 40% menos de tiempo.
A esa conclusión llegó el ingeniero Matías Míguez, de la Universidad Católica. "Allí hay mucho para hacer porque de 13 o 14 semáforos, hay 10 ciclos de tiempos distintos, entonces es imposible una coordinación", asegura.
Tomado de "El País"diario uruguayo, artículo de M Bardesio
Ingenieros uruguayos diseñan un semáforo con "cerebro" que da verde o roja de a acuerdo a la cantidad de autos que circulan; promete más fluidez y menos estrés.
A simple vista, nadie pensaría que un semáforo, con sus únicas tres expresiones posibles, pueda resultar un ente con ojos e inteligencia. Pero sí. La tecnología se ha encargado de ponerle "cerebro" al aparatito de tres luces y acá mismo, un grupo de investigadores del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica prepara un prototipo de controlador de semáforos que varía sus tiempos de verde de acuerdo al nivel de tráfico en los cruces.
El objetivo es claro: mayor fluidez, menos estrés del conductor y menos accidentes, sintetizó uno de los integrantes del proyecto, el ingeniero Enrique Ferreira. Parar en cada esquina suele levantar la temperatura de los choferes y con ella, suenan los bocinazos y gritos. De ahí al choque suele haber un acelerada muy corta.
La mayoría de los semáforos montevideanos funcionan con controladores de tiempo regulares, pero no toman en cuenta eventos especiales "como un partido en el estadio o las variaciones de tránsito según las horas del día", añade Ferreira. El sistema de control inteligente, en cambio, se conecta a sensores en el asfalto que cuentan los vehículos que van circulando en todos los sentidos del cruce y da paso al mayor volumen. También se puede programar para que mantenga habilitado solo un sentido y cambie a roja en el único caso de que un auto pare para cruzar la vía preferencial. "Es una computadora que puede funcionar de modo autónomo o centralizado, que es lo más común. Una central que maneja todos los cruces de la red y toma las decisiones", explica Ferreira.
En tramos de la rambla y avenida Italia se ha instalado esta tecnología, aunque importada de Europa a un costo mínimo de 4.000 dólares cada controlador. Entonces, otro objetivo de la investigación es lograr que el prototipo nacional salga más barato. Ya está pronto el hardware y los ingenieros trabajan en el software. Terminarán a fin de año, según prevén.
Los semáforos inteligentes de la rambla controlan 13 cruces entre Sarmiento y Comercio. Por allí pasan más de 4.000 horas por hora cada mañana, que es el pico. Pues el sistema está diseñado para que a esa hora se genere la "onda verde" hacia el Centro. Y lo hace en sentido contrario al atardecer.
"Estos sistemas mejoran mucho, pero tampoco son mágicos. Si la calle se afina en algún tramo y su capacidad se colma, va a ver colas. Tratamos de reducir la espera al máximo", asegura el ingeniero Daniel Perciante, integrante del proyecto de la Católica y que participó en la instalación del sistema en la rambla.
De hecho, el control inteligente se emplea en el mundo cuando no hay ninguna posibilidad de ensanche. Y en todos los casos es siempre el primer paso porque la tecnología es más barata que la obra vial.
"Una de las estrategias que se emplea en el mundo es fomentar el transporte colectivo", Y ello se puede hacer con los sistemas inteligentes. En Lyon (Francia), el controlador de semáforos detecta cuando viene un ómnibus y le da luz verde para que haga el trayecto más rápidamente. Lo mismo se hace con la policía, bomberos y ambulancias.
Los investigadores de la Universidad Católica tienen el apoyo de la Intendencia y de la empresa Saccem. Es decir que ambos evaluaran el prototipo de controlador y eventualmente podría transformarse en un producto comercializable. "Ahora estamos en la fase 1, que es desarrollar el prototipo. Si mañana viene una empresa y se interesa, vendrá otra etapa”
Por obvias razones, los controladores de este tipo deben seguir normas internacionales de calidad y seguridad. Un error puede ser fatal. "Este equipo tiene un montón de chequeos de seguridad: no pueden prenderse dos verdes contradictorias, avisa cuando se quema una de las luces y en caso de fallas, se pone automáticamente en modo de seguridad, que es la luz amarilla intermitente", explica Mijail Gerschuni, estudiante que trabaja en el prototipo.
Pero el principal desafío de esta tecnología es la integración. Si uno corrige solo los errores de una esquina, puede perjudicar la siguiente. "Hay que mirar desde arriba y cuanto más cruces estén controlados, mejores resultados", opina Perciante.
También se trabaja con simuladores de tráfico, que son programas informáticos capaces de reproducir las condiciones de tráfico de toda la ciudad.
El dato
El semáforo made in Uruguay
El proyecto de desarrollo de un controlador de semáforos con tecnología nacional es financiado por el PDT y su responsable es el ingeniero Enrique Ferreira.
También participan Daniel Perciante, Matías Miguez, Alfredo Arnaud y los estudiantes Mijail Gerschuni y Agustín Derregibus. Terminarán a fin de año.
La rambla versus la Giannatasio
Si la avenida Giannatasio, en Canelones, tuviera sus semáforos coordinados con un sistema inteligente, el viaje de El Pinar al puente Carrasco se haría en 40% menos de tiempo.
A esa conclusión llegó el ingeniero Matías Míguez, de la Universidad Católica. "Allí hay mucho para hacer porque de 13 o 14 semáforos, hay 10 ciclos de tiempos distintos, entonces es imposible una coordinación", asegura.
Tomado de "El País"diario uruguayo, artículo de M Bardesio
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